jueves, 16 de octubre de 2008

Sobre el 14 de octubre: Kate Atkinson


Entre Bastidores, "una novela que engancha", "los personajes prometen desde el primer capítulo" (también es cierto que quien lo dijo no había pasado de ahí :) Son los tímidos comentarios con que abrió fuego el frente masculino. Desde luego que estamos ante "una visión diferente a la de un hombre", apuntó uno. Es evidente en ese recordar la II Guerra Mundial desde dentro de las casas, en la importancia que se concede a las pequeñas cosas a lo largo de toda la novela, una novela de objetos. De hecho, mediante pies de página para explicar un reloj, unas viejas fotos, unos botones con forma de flor… se construye esta "antisaga" de mujeres condenadas a vivir la misma insatisfacción, a repetir los mismos errores, comenzando, casi siempre, por "casarse con el hombre equivocado".

El papá de Julia terció en otro sentido, para él, la vida de estas mujeres va a mejor: "Bunty siempre cuida de sus hijas, a su pesar, porque no las quiere, pero las niñas están con ella hasta el final; a diferencia de su madrastra y su abuela, no muere sola, muere junto a sus hijas." Pero desde el frente masculino insisten: "Qué papel tan secundario y desagradable tienen los hombres en esta novela, ¿no?" El frente contrario ataca con armas distintas, el estilo: "Es irónico, mordaz, limpio y bien adjetivado, parece sencillo, pero todo está muy controlado". Y eso que de este libro rebosan historias: "Kate Atkinson es el tipo de escritor que me gusta, generoso, como Ondtaaje. El material de Entre Bastidores da para varias novelas". Algunos escritores han construido toda su carrera con menos.

Aparte del recurso de los pies de página, destaca otro hallazgo en la novela: la narración en primera persona, al estilo Tristam Shandy, que permite seguir a la protagonista, Ruby, desde que la conciben ("¡Existo!"), "pero siempre desde su punto de vista, así que no se sabe la parte de su vida que ella bloquea". Una narración, con trampa, en primera persona y otra complementaria: la saga contada a base de pies de página. Ambas narraciones se entrelazan y el talento derrochado para diferenciarlas en estilo ("Cuando Ruby habla, sabes que es ella") requiere, a cambio, la implicación del lector.

"Lo que pasa es que te metes mucho en las historias, cuesta seguir la novela por los pies de página." Nada que no se compense con un poquito de esfuerzo, en eso estuvimos de acuerdo. Aunque ese mismo punto fuerte de la novela, su complejidad narrativa, junto con el empeño de la autora en introducir elementos de realismo mágico y de inexorabilidad en la trama, lleve a los personajes a extremos, y ahí, lo lamentamos, "se acaba perdiendo credibilidad". El final, una pena acabar con otra nota crítica, es otro punto flaco. Mientras que a lo largo de la novela "no hay puntada sin hilo", en los últimos capítulos se cae en lo fácil, como recurrir a una psicoanalista. Hay impaciencia por terminar, se trata de un final precipitado, parece menos trabajado, "se nota que quiere acabar la novela". Impaciencia de escritor primerizo, la aceptamos, ¿verdad?

martes, 7 de octubre de 2008

14 de octubre: Secretos de familia


Entre bastidores (traducción un poco simplista del título original), el debut literario de la británica Kate Atkinson, resultó todo un éxito tanto de crítica como de ventas cuando se publicó en 1995. Ganó el prestigioso premio Whitbread al mejor libro del año (frente a "vacas sagradas" como Salman Rushdie), así como el premio francés Lire, al año siguiente, entre otros. Y, además, una legión de lectores que le han sido fieles desde entonces a pesar de los múltiples y variados cambios de registro que ha ido experimentando su obra (hasta llegar a la trilogía protagonizada por el detective Jackson Brodie).
Una evolución sorprendente, pero siempre con un sello original propio e inconfundible: un estilo preciso, cuidado e irónico (incluso mordaz) que hace que sus novelas se lean "solas".

Lamentablemente, aún no ha encontrado su sitio en el mercado editorial español, por lo que sigue siendo una gran desconocida para el lector en este país. Los Novelantes le ponemos remedio a esta situación con la lectura de la que muchos consideran su mejor novela. Y que nadie espere la típica historia de una saga familiar, porque Atkinson no está por la labor. Para ir abriendo boca, aquí van un par de fragmentos:

A Bunty no le gusta la promiscuidad que supone despachar a los clientes. Tiene la sensación de que, en realidad, no está vendiendo comida para perros y gatos, periquitos de vez en cuando, sino que se está vendiendo a sí misma. Como mínimo, piensa, cuando trabajaba para el señor Simon ("Modelia-Moda femenina de calidad") la faena consistía en vender cosas prácticas, vestidos, corsés y sombreros. ¿Pero qué tenía de práctico un periquito? Y, lo que es más, tener que ser educado con todo el mundo, en todo momento, no era normal. (George, en cambio, ha nacido para eso, para charlar con la gente, hacer el mismo comentario sobre el tiempo veinte veces en una mañana, arrastrarse, humillarse y sonreír y, después, arrancarse la máscara nada más salir de escena. Los hijos de los vendedores —yo y Chekhov, por ejemplo— cargan con un estigma por haber sido testigos de cómo sus padres se degradaban de un modo tan penoso).

Bunty tenía grandes esperanzas puestas en la guerra. El modo en que acababa con cualquier certeza tenía algo de sugerente, abría nuevas posibilidades. Betty dijo que era como lanzar monedas al aire y preguntarse de qué lado aterrizarían —y aumentaba las probabilidades de que algo emocionante le sucediese a Bunty; en realidad no importaba si se trataba de un hombre increíblemente guapo o de una bomba... todo significaría un cambio, en un sentido u otro.

Kate Atkinson, Entre bastidores

Más sobre Atkinson en:

  • En Barcelona. En un blog en castellano hemos encontrado (milagro de los milagros) una entrada sobre la nueva novela de Atkinson When Will There Be Good News?, no publicada en España.
  • The wonderful unofficial Kate Atkinson website. Página web no oficial (en inglés y sin actualizar) de Kate Atkinson. Incluye un par de relatos.
  • La mirada femenina. El escritor Lorenzo Silva habla sobre la "mirada femenina" de sus escritoras preferidas, Jane Austen, Virginia Woolf y Kate Atkinson.