miércoles, 8 de diciembre de 2010

14 de diciembre: Existencialismo en la Roma imperial


Con Calígula os proponemos una amplia reflexión sobre el absurdo (utilizado hasta las últimas consecuencias: “todo está permitido”, ¿única expresión de la libertad coherente?), un único mensaje: “Los hombres mueren y nos son felices” y una única meta: poseer lo imposible.

La lógica del deseo humano llevada al límite conlleva el deseo posible de lo imposible. El deseo del imposible aparece en esta obra como una forma de error basado en la creencia de que es posible:

»Calígula: De repente me ha venido una necesidad de imposible… Por lo tanto necesito la luna, o la felicidad, o la inmortalidad, o cualquier otra cosa que, por demencial que parezca, no sea de este mundo…

»Calígula: Se trata de realizar lo que no es posible, o mejor dicho, de hacer posible lo que no lo es…

»Calígula: Voy a hacerme cargo de un reino en el que imperará lo imposible…

»Calígula: El poder brinda la oportunidad de lo imposible. A partir de hoy, y en lo sucesivo, mi libertad dejará de tener límites….

»Calígula: Cuando lo imposible reine por fin en este mundo, cuando tenga la luna en mis manos…, entonces por fin los hombres no morirán y serán felices…
Esta obra de Albert Camus refleja la preocupación del autor por el sentido de la vida: ¿vivir para morir? ¿Es la muerte el motivo de fondo de la reflexión sobre el absurdo?
»Calígula: Si me resulta fácil matar es porque no me resulta difícil morir.
La seguridad frente a la lógica: lógica del deseo y deseo del imposible (la luna):

»Calígula: La lógica, Calígula, hay que perseverar en la lógica. El poder hasta el final, el abandono hasta el final.

»Calígula: De sobra sé que me matarán, pero todavía no he agotado lo que puede mantenerme vivo. Por eso quiero la luna.

»Quereas: Tengo ganas de vivir y de ser feliz. Creo que ninguna de estas dos cosas es posible si se lleva el absurdo hasta sus últimas consecuencias… Para ser lógico debería matar o poseer.

»Quereas: Creo que hay actos mejores y peores.

»Calígula: En cambio, para mí todos son equivalentes.

»Quereas: Lo sé, Cayo, por eso mismo no te odio. Pero eres un estorbo y por tanto tienes que desaparecer.

Calígula asume lúcidamente la arbitrariedad como la lógica profunda del poder:

»Quereas: No es la primera vez que un hombre dispone en Roma de un poder sin límites, pero sí es la primera vez que lo utiliza sin límites, hasta el punto de negar el hombre y el mundo”.

La crueldad de Calígula no se recrea en el dolor de las víctimas, sino en el propio poder de producirlo.

La importancia del espejo: ¿simbolismo?, ¿monstruo o demonio?

El suicidio como problema filosófico: ¿una razón para vivir puede ser una excelente razón para morir?

Para acabar, os dejamos con una reflexión de Jordi Mascaró (La reconstrucción de la tragedia, 2004) acerca de esta obra: “Calígula coge la palabra de aquellos que le rodean, los obliga a la lógica, iguala todo lo que hay a su alrededor mediante el rechazo y la rabia de destrucción a que lo lleva su pasión por vivir.
Su error es negar a los hombres. No se puede destruir todo sin destruirse a sí mismo. Es por este motivo que Calígula elimina a todos aquellos que viven en el mundo que le rodea y, fiel a su lógica, hace lo que sea para armar en su contra a aquellos que acabarán matándolo. Calígula es la historia de un suicidio magno. Infiel al hombre, por fidelidad a sí mismo, Calígula consiente morir una vez ha comprendido que ningún ser humano puede salvarse solo y que no se puede ser libre contra los otros hombres.”

martes, 30 de noviembre de 2010

Sobre el 9 de noviembre: Patricia Highsmith


No ocurrió. La novelante que propuso comentar a Patricia Highsmith temía que la sesión fuera una de ésas devorada por la personalidad del autor, pero, esta vez, fue el personaje el que se comió al escritor. Ripley, “un personaje redondo para hacer películas” —la última, con Matt Damon, “el mejor Ripley” pero no la mejor película—, se convirtió en el protagonista del día, ese Ripley joven, que se inicia en el crimen en la novela que comentábamos: A pleno sol (así se tradujo aquí el título original, por influencia de la peli de Clément). ¿O acaso Ripley y Highsmith vienen a ser lo mismo? Ésa fue la primera idea que se planteó:

Ambigüedad
“Veo una identificación clara entre Tom Ripley y Patricia Highsmith.”
“Siente una clara simpatía por Ripley, muestra ambigüedad al retratarlo.”
“No muestra objetividad.”
“Es que ella no juzga, Dostoievski sí lo hace.”
“Ripley es un trasunto de lo que nos atormenta, muestra el conflicto de Highsmith, que por múltiples razones se encuentra en conflicto con la sociedad, pero no es tonta y sabe lo que representa Ripley.”

¿Amor despechado o falta de identidad?
“El asesinato de Dickie tiene un móvil pasional, es un amor despechado.”
“No estoy de acuerdo, no veo un móvil pasional, yo creo que los crímenes tienen que ver con su necesidad de suplantar identidades debido a que él le falta la suya propia. Es un personaje que pierde a sus padres cuando aún es un niño, vive sin orígenes, está hueco.”
“Yo no creo que no tenga identidad, sino que no le gusta y sus crímenes tienen un móvil sexual.”
“A mí no me parece que haya un móvil sexual pero sí que estoy de acuerdo con que se siente hueco y no se gusta.”
“Al revés que él, Dickie logra el amor de los demás sin esfuerzo, mantiene relaciones cálidas con todo el mundo sin proponérselo.”

Perversidad
“El patriarca Greenleaf me parece un personaje particularmente logrado, un idiota con éxito social, cuya propia estupidez le lleva al extremo de provocar la muerte de su propio hijo, pues, es él quien envía a Ripley a buscarlo. Highsmith muestra una gran perversidad.”
“En el retrato incompleto que hace de Ripley resulta magistral.”
“Los personajes nunca son atrapados del todo, como en la vida misma.”
“Ripley es un personaje con el que no puedes identificarte.”
“Es que no es necesario identificarse con él. Lo que retrata Highsmith es una sociedad enferma.”

Desazón y éxtasis
“Al cometer los asesinatos, Ripley siempre muestra un estado de gran desazón, síntomas físicos que muestran cómo sufre esa situación extrema. Como justificación de los crímenes, animaliza a las víctimas. Después de matar, entra en éxtasis, su mundo queda momentáneamente purificado.”
“Highsmith describe muy detalladamente cómo se producen los crímenes, incluye los asesinatos en un clima de cotidianidad.”
“Todo surge de manera muy natural.”
“Consigue un clima inquietante, desazonador.”
“En su momento, aportó originalidad a la novela negra, porque puso el foco en el asesino en vez de en el investigador.”

Sinceridad e ingenio
“Se podría decir que Ripley asesina porque le molesta la normalidad.”
“Rompe los tabús. En ese sentido, relaciono esta novela con Kierkegaard. En Temor y temblor recuerda la prueba a la que es sometido Abraham cuando Dios le pide matar a su hijo Isaac. Explora esos momentos de suspensión ética, que también vive Ripley. Muestra cómo la máxima prueba de amor a Dios es romper los tabús.”
“Fue una mujer muy rara y sus obras lo prueban, es un caso de escritor que, sin escribir particularmente bien, logra dotar de gran fuerza a sus personajes; en este sentido está emparentada con Dostoievski, se nota que le gusta mucho. Se le podría considerar su reverso.”
“Su estilo es despojado, me llamó mucho la atención.”
“Lo que llamas despojado tiene que ver con la carencia de figuras retóricas, para las que no estaba dotada, no tiene ninguna capacidad para las metáforas. Te atrapa por su sinceridad y por su ingenio, su enorme inteligencia.”

martes, 2 de noviembre de 2010

9 de noviembre: Enemigo íntimo


Hija de divorciados, su madre le confesó que durante su embarazo había tratado de abortar bebiendo aguarrás. Lesbiana, solitaria, amante de los gatos (dedicó su novela Spider a su gato) y de los ¡caracoles!, en sus primeros años, su libro de cabecera fue La mente humana, de Karl Menninger, un tratado sobre alteraciones de la psique. "La autora que escribe sobre los hombres como una araña escribiría sobre las moscas" es la frase más repetida sobre su literatura en las contraportadas.
Si nos dejamos llevar por lo que sobre Patricia Highsmith ha llegado a decirse, la sesión que le dedicaremos será una de ésas devoradas por la personalidad del autor. Caracoles aparte, Highsmith demostró tanta generosidad respecto a su arte, que esperamos corresponderle con la misma moneda. La escritora inicia así su ensayo, Suspense, cómo se escribe una novela de intriga: "Al escribir un libro, a la primera persona a la que deberías complacer es a ti mismo. Si eres capaz de divertirte durante todo el tiempo que te lleve escribir el libro, más adelante también divertirás a los editores y a los lectores". Y con esta idea lo finaliza: "Termino este libro con la sensación de que me he olvidado de algo, de algo de vital importancia. Así es. Es la individualidad, es el gozo de escribir, que en realidad no puede describirse, no puede captarse con palabras y transmitirse a otra persona para que lo comparta o utilice. Es el extraño poder que tiene el trabajo de transformar una habitación, cualquier habitación, en algo muy especial para un escritor que ha trabajado en ella, y que en ella ha sudado y maldecido y tal vez conocido unos pocos minutos de triunfo y satisfacción". El gozo de escribir, en definitiva. Y de leerla: aquí os dejamos con su criatura Tom Ripley:

—Marge, tienes que comprender que no estoy enamorado de ti—dijo Tom frente al espejo e imitando la voz de Dickie, más aguda al hacer énfasis en una palabra, y con aquella especie de ruido gutural, al terminar las frases, que podía resultar agradable o molesto, íntimo o distanciado, según el humor de Dickie—. ¡Marge, ya basta!

Tom se volvió bruscamente y levantó las manos en el aire, como si agarrase la garganta de la muchacha. La zarandeó, apretándola mientras ella iba desplomándose lentamente, hasta quedar tendida en el suelo, como un saco vacío. Tom jadeaba. Se secó la frente tal como lo hacía Dickie, buscó su pañuelo, y, al no encontrarlo, sacó uno de Dickie del primer cajón de la cómoda, luego siguió con su actuación delante del espejo. Entreabrió la boca y observó que hasta sus labios se parecían a los de Dickie cuando éste se hallaba sin aliento después de nadar.

—Ya sabes por qué he tenido que hacerlo —dijo, sin dejar de jadear y dirigiéndose a Marge, pese a estar contemplándose a sí mismo en el espejo. —Te estabas interponiendo entre Tom y yo... ¡Te equivocas, no se trata de eso! ¡Pero sí hay un lazo entre nosotros!

Dio media vuelta y, sorteando el cadáver imaginario, se acercó sigilosamente a la ventana. Más allá de la curva de la carretera, podían verse los escalones que subían hasta el domicilio de Marge. Dickie no estaba allí ni en los tramos de carretera visibles desde la ventana.

"Tal vez estén durmiendo juntos", pensó Tom, sintiendo un nudo de asco en la garganta. Se imaginó el acto, torpe, chapucero, dejando insatisfecho a Dickie y maravilloso para Marge. Se dijo que a la muchacha le agradaría hasta que Dickie la torturase. Se acercó rápidamente al ropero y sacó un sombrero de la estantería de arriba. Era un pequeño sombrero tirolés, adornado con una pluma verde y blanca. Se lo encasquetó airosamente, sorprendiéndose al comprobar lo mucho que se parecía a Dickie con la parte superior de la cabeza oculta bajo el sombrero. De hecho, lo único que les diferenciaba era que su pelo era más oscuro. Por lo demás, la nariz… al menos su forma en general... la mandíbula enjuta, las cejas si les daba la expresión apropiada...

—¿Qué diablos estás haciendo? Tom se volvió rápidamente. Dickie estaba en la puerta. Tom comprendió que debía de haber estado en la verja al asomarse él momentos antes, por eso no le había visto.


Patricia Highsmith, El talento de Mr. Ripley

Más sobre Highsmith en:

viernes, 29 de octubre de 2010

Sobre el 14 de octubre: Haruki Murakami


Con Murakami, Japón parece más cercano, pero no tanto porque lo vivamos, dado que “hay muchas referencias que se escapan”, como porque, a base de crear universos, deja pequeño este planeta: sus personajes emprenden viajes sin retorno, transitando “mundos paralelos que, ocasionalmente, se conectan”. No obstante, en nuestra excursión por los universos de Murakami, recalamos en Japón y recordamos a otros autores, como Mishima, y su fervor nacionalista, o Soseki, y sus libros estéticos, que nos recomendó la novelante que siempre quiere volver a Japón: “No me importa que no cuente grandes historias. Cuando los termino, en lugar de sentirme decepcionada, echo de menos el lugar donde he estado.” También hablamos de las traducciones del japonés, a veces “tan literales que quedan muy raras”, y del propio Murakami: “Lleva una vida muy ordenada y placentera, sólo escribe unas horas y el resto de su vida lo dedica al ocio, pero de una manera muy ordenada. Considera que la literatura es tóxica, que supone vaivenes emocionales y debe llevar una vida sanísima porque tiene entre manos una bomba de relojería. Escribir exige una forma física de atleta.” Pero vayamos al grano, a Kafka en la orilla:

Mundos paralelos
“Lo mejor de Murakami son los universos que crea. No me parece el mejor escritor del mundo. Sus personajes no están particularmente elaborados, pero que sea capaz de liarte, sobre todo a una persona como yo, no aficionada a la fantasía… Es que lo que te cuenta te lo crees. Estoy a gusto en sus novelas, a McEwan no me lo creo, escribe muy bien pero no me lo creo. Murakami, en cambio, explica algo inverosímil y me lo creo más”
“Te presenta como natural y verosímil algo que sabes que no lo es”
“Pero no resuelve, no cierra. Son 600 páginas y podrían ser 6.000 porque va inventando sin dar soluciones”
“Algo tienen sus historias que te atrapan”

Kafka en la orilla
Kafka en la orilla sería la exposición más amplia del mundo de Murakami, la más representativa”
“¿Por qué el título?”
“Por la canción y por el cuadro”
“Pasa con más libros, es muy dado a poner títulos de canciones”
“¿No remite al escritor?”
“Yo creo que no, que se refiere al protagonista”

Soledad y muerte
“Una característica de su obra es la soledad”
“Es el único tema que he encontrado”
“Sus personajes, más que escapar, se dirigen a aquellos sitios que más miedo les dan porque pueden encontrar las claves que buscan”
“¿Pero las encuentran?”
“Sí, y acaban siendo adultos”
“Yo sí que veo escapismo, la biblioteca es un útero”
“Acabar en una biblioteca es una consecuencia lógica en una personalidad solitaria”
“Sus personajes son individualistas pero sin indiferencia a lo que le rodea, es un individualismo práctico”
“Se sienten diferentes, es algo muy japonés”
“Hay muchas referencias al pasado bélico, porque ha marcado mucho a la sociedad japonesa, está muy presente incluso en los jóvenes”
“Sienten obsesión por la muerte, en cualquier libro de un autor japonés hay muerte en cada página”
“Resulta clave que lea Las mil y una noches, un libro con el que se detiene la muerte”

Japón cercano
“En el libro hay muchas referencias explícitas de la cultura occidental”
“Se le critica en Japón por occidentalizado, es un súper ventas pero la crítica siempre lo ha considerado así, apenas ha recibido premios en su país”
“Pues yo veo muchas barreras en este libro, creo que hay muchas referencias que no pillo”
“Sí. Tras haber estado en Japón, se cogen muchas más referencias en una relectura”
“En lo de Johnnie Walken hay una de esas referencias que se nos escapan”
“Pues a mí me parece que, como construcción imaginativa, está muy lograda”

Prosa envolvente
“El tipo de prosa, los ambientes, la atmósfera, la fantasía de la historia que cuenta… todo eso produce muchas sensaciones”
“Es muy visual”
“Tiene mucho interés en los detalles, como cuando se detiene a describir el estado de los niños en el bosque”
“Su forma de escribir me ha llegado”
“Su prosa es envolvente, es muy hábil narrando, aunque no es un virtuoso”
“A mí no me parece que ponga cuidado al escribir”
“Aspira a otra cosa, a crear mundos”

Kafka, otra vez
“Eso lo sitúa cerca de Kafka, lo que importa en Kafka no son las frases bonitas sino los mundos que crea. Con el título podría estar haciéndole un homenaje”
“Yo no tengo esa sensación, porque Kafka me causa una gran angustia y esta novela, en cambio, es una ensoñación”
“Tanto en Kafka como en esta novela los personajes están atados a un destino”

martes, 28 de septiembre de 2010

14 de octubre: Japón cercano


¿Por qué novela habéis empezado a leer Murakami? Si, como le sucede a algunos novelantes, fue Tokio Blues vuestro primer contacto con el archifamoso autor japonés, os estáis equivocando... Dadle una oportunidad aKafka en la orilla, según la novelante que la ha propuesto para octubre, no os arrepentiréis: "Yo de Murakami me leería hasta la lista de la compra; soy uno de esos lectores 'rendidos y encantados' de los que hablaba hace años Rodrigo Fresán en Babelia. Y a mucha honra. Porque yo no leí por primera vez a Murakami porque estuviera de moda (que no lo estaba), porque fuera un éxito de ventas (que no lo era aún) o porque me chiflara el sushi (que no me chifla). No, señor. Leí Kafka en la orilla porque a mi mejor amigo le encantan los gatos y la portada de la novela me 'llamó a gritos' en una librería cuando buscaba un regalo para él. Y lo leí a pesar de que estoy totalmente en contra de que los gatos hablen y de que llueva cualquier cosa que no sea agua. A continuación, seguí leyendo todas y cada una de sus obras traducidas al inglés/español. Estadísticamente, mi amigo y yo no tenemos mucho peso; pero eso no me ha impedido recomendar siempre que se me ha preguntado que se empiece la lectura de este autor justamente por Kafka en la orilla, la novela que me parece más accesible y seductora, siendo al mismo tiempo una de las más redondas y conseguidas. Mis sondeos indican que quienes han comenzado por Norwegian Wood (traducida con el horrible título de Tokio blues) no han seguido leyendo a Murakami (me temo que no tengo datos sobre los lectores que han empezado por otras novelas, mi sondeo deja mucho que desear).
Ya sé que estoy divagando mucho; va a ser mejor que os leais la crítica de Fresán, que dice justo lo que yo quiero decir, pero bien. Fresán formula brillantemente la distinción intuitiva que los lectores de Murakami hacemos entre sus novelas. Por una parte tenemos 'los bosques de senderos claramente trazados por la fuerza avasalladora de amores correspondidos o no' (como Norwegian Wood o Al sur de la frontera, al oeste del Sol) y, por otra, 'los bosques impredecibles y salvajes en los que hay que abrirse paso a golpe de machete, sin ayuda de brújula alguna, y en los que puede suceder cualquier cosa' (como La caza del carnero salvaje o Dance Dance Dance). A esta última categoría pertenecería la Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (mi preferida), así como la sorprendente y altamente desconcertante (que en una obra de Murakami ya es rizar el rizo) El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas, que es prácticamente una novela de ciencia-ficción. Para Fresán, Kafka en la orilla sería 'lo mejor de ambos modelos'. Me quedo con su definición de esta novela: 'un libro extraño -un mundo nuevo- que divierte, emociona, da miedo, hace reír, intriga y, por último pero no en último lugar, desconcierta. No se le puede pedir más a una novela.' Lo dicho."
A medida que mis músculos se endurecían como el metal, me iba convirtiendo en una persona callada. Intentaba evitar que las emociones se me traslucieran en el rostro, me entrenaba para ser capaz de impedir que profesores y compañeros de clase adivinasen qué estaba pensando. Pronto entraría en el cruel y agresivo mundo de los adultos y tendría que sobrevivir en él yo solo. Debería ser más fuerte que nadie.
Al mirarme al espejo descubría en mis ojos la frialdad de los ojos de un lagarto, veía cómo mi rostro se había vuelto más duro e inexpresivo. Pensándolo bien, hacía tanto tiempo que no me reía que ni recordaba cuándo había sido la última vez. Ni siquiera sonreía. Ni a los demás ni a mí mismo.

Pero no siempre podía salvaguardar ese apacible aislamiento. En ocasiones, el alto muro que debía protegerme se desmoronaba sin más. No sucedía con frecuencia, pero a veces ocurría. Antes de que pudiera darme cuenta, la pared había desaparecido y yo estaba expuesto completamente desnudo al mundo. En esas ocasiones me sentía confuso. Terriblemente confuso. Además, allí había una profecía. Allí había una profecía semejante a las aguas negras.
Haruki Murakami, Kafka en la orilla
Más sobre Murakami en:
  • "Juguemos en el bosque", por Rodrigo Fresán, en El País. Critica de la novela en Babelia a cargo de Rodrigo Fresán.
  • Web de Murakami. ¿Os gustaría escuchar piezas de música a las que Murakami se refiere en sus novelas? Aunque está en inglés, sólo por el diseño, la entre hipnótica y rayante melodía de fondo y algunas chocantes secciones vale la pena la visita a su web.
  • Sección dedicada a Murakami en la web de Tusquets. Contenido, poco, pero el diseño, es, ciertamente, pasmoso.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Sobre el 14 de septiembre: Ian McEwan


Las marcas de rotulador fluorescente resultaron insuficientes para argumentar las conclusiones expresadas sobre Sábado, la novela de Ian McEwan a la que hemos consagrado septiembre. Y el caso es que, como se comenta en la entrada anterior, hubo un montón de temas de los que ni llegamos a hablar: “Muy curiosamente no hablamos del partido de squash a pesar del paralelismo que yo creo que tiene con el tema de la manifestación antibélica.”

Aprendiz de neurocirujano
“Al principio me entusiasmó. Las 150 primeras páginas parecen escritas en estado de gracia”
“En la segunda lectura me ha gustado menos, porque ya sabía dónde estaba lo interesante”
“Todo fluye”
“Es sorprendente su dominio de la neurocirugía. Joseph Conrad escribe sobre el mar, pero había sido marino”
“Estuvo dos años presenciando el trabajo de un neurocirujano”
“Sigue el modelo literario de Ulises y Mrs. Dalloway: el relato de un día”
“Es un escritor muy profesional, con mucho oficio, pero no me ha gustado, está bien escrita, pero hay docenas de novelas cada año mejor escritas que no se publican”
Ciencia vs. literatura
“Es una novela de tesis, aporta una visión del mundo, toda la trama está a su servicio para justificarla. Está repleta de mensajes maniqueos. Uno de ellos sería la confrontación ciencia vs. literatura: adaptados y no adaptados a esta sociedad. A los de letras se los presenta como unos amargados”
“El papel de la ciencia me parece similar al de las novelas de ciencia ficción, cómo se emplea para analizar de forma crítica a la sociedad”
“Es significativo que el protagonista tenga una madre con Alzheimer, es una manera de expresar la impotencia de la ciencia”
“En esta novela hay muy pocas cosas casuales”
“La lectura del poema que ablanda a Baxter es lo que más resbala en la novela”
“Resbala desde el punto de vista de la verosimilitud, pero encaja en el plan de la obra”
“Es una apuesta filosófica, se hace un inventario de ideologías fracasadas frente a las que se opone el conocimiento científico: el perfecto burgués va criticando las diversas utopías, todo el libro es una diatriba contra las utopías”
Perowne y la erótica de la propiedad
“Es una novela muy neutral en el lenguaje, pero muy dura en el fondo”
“Retrata un modelo de felicidad que contiene un elemento de propiedad. El nombre del protagonista no es casual: Perowne expresa la erótica de la propiedad, sólo hay que ver cómo habla de su Mercedes S500”
“La familia Perowne reúne todos los conocimientos de la civilización occidental: derecho, ciencia, lírica y música”
“Como sucedió en su día con Shólojov o Mann, McEwan es un escritor del sistema, encarna lo mejor que produce una sociedad”
“Es un escritor de derechas. Las opiniones que expresa en entrevistas son un trasunto de lo que expresa Perowne en la novela”
“La derecha más civilizada y la más peligrosa, más Blair que Thatcher”
“El personaje de Baxter es el engranaje que da cuerda a la novela. Supone introducir la lucha de clases”
“Es el modo de expresar la imposibilidad de sacar a las clases inferiores de su sufrimiento, no podemos eliminarlo, pero sí mitigarlo”

Una jornada de opiniones contundentes frente a las cuales el novelante que propuso la novela planteó “releer en contra de nuestras conclusiones para comprobar que se puede leer de otra manera, de la manera contraria”.

jueves, 9 de septiembre de 2010

14 de septiembre: Londres, otra vez


Tras el descanso vacacional, ánimo, siempre nos quedarán los fines de semana. Empezamos el curso con Sábado, de Ian McEwan. Con vosotros, el novelante que la propuso: "Este mes tenemos a un escritor educado, fino con las formas y, sin embargo, con un montón de opiniones polémicas que no se corta a la hora de exponer. ¿Es de derechas? Pues yo diría que un poco... pero, chicos, ¡que bien redacta! Se atreve a decir que no le interesa la vida de los marinos tal como la explica Conrad, habla mal del estilo literario de Henry James y clasifica Madame Bovary como cuento para adultos, todo ello muy objetable.
A McEwan le interesa la vida de alguien apegado al suelo, realista, y se mete a describir operaciones de neurocirugía como si hubiese estado presente. Y le salen textos muy creíbles, pero para mí lo mejor de su prosa está en la simple descripción de la vida cotidiana. Como muestra, propondría que viésemos como fluye el primer párrafo de la novela, entrelazando sentimientos con acciones objetivas".
Al despertar, horas antes del alba, Henry Perowne, neurocirujano, descubre que ya está en danza, aparta las mantas de su postura sedente y se levanta. No sabe con certeza el momento exacto en que ha despertado, pero tampoco le importa. Nunca ha hecho algo así, pero no se alarma y ni siquiera se sorprende un poco, porque el movimiento de sus miembros es ágil y placentero y nota una fuerza insólita en la espalda y las piernas. De pie y desnudo junto a la cama —siempre duerme desnudo—, siente su plena estatura, la respiración paciente de su mujer y el aire invernal del dormitorio en la piel. Lo cual también es una sensación placentera. El reloj de la mesilla marca las tres cuarenta. No sabe qué está haciendo levantado: no necesita aliviar la vejiga, no le perturba un sueño, tampoco un elemento del día anterior ni el estado del mundo. Es como si, ahí en la oscuridad, saliendo de la nada se hubiese materializado entero, completo, sin impedimentos. No está cansado, a pesar de la hora o de los trabajos de la víspera, ni le turba la conciencia ningún caso reciente. De hecho, está despabilado, tiene la mente en blanco y le embarga un júbilo inexplicable. Sin una decisión tomada, sin que le mueva un propósito, se dirige hacia la más cercana de las tres ventanas del dormitorio y siente su paso tan fácil y liviano que sospecha al instante que está soñando o sonámbulo. Si es así, sufrirá una decepción. Los sueños no le interesan; que esto sea real es una posibilidad más enjundiosa. Y sabe seguro que es totalmente él mismo, y sabe que está despierto: conocer la diferencia entre esto y despertar, conocer las fronteras, es la esencia de la cordura.

Ian McEwan, Sábado

Más sobre McEwan en:

lunes, 30 de agosto de 2010

Sobre el 13 de julio: Naguib Mahfuz


Dependencia, apareamiento y ataque-fuga. Son las reacciones emocionales básicas que se producen dentro de los grupos, descritas por el psicoanalista Wilfred Bion y a cuya cita acudió un novelante para teorizar sobre un fenómeno que acababa de presenciar en la reunión de julio. ¿Sería el calor, el cambio de sede? No nos extenderemos al respecto porque nos iríamos de tema: la sesión de julio fue suficientemente dispersa, basten estas notas para recoger lo muy poco que del libro del día —Entre dos palacios, de Naguib Mahfuz— allí se trató.

Personajes
“Es una novela con muchos personajes, pero el protagonista es Kamal. El autor parece identificarse con él, pues nació en 1910 y, en el momento en que se inicia la novela, tendría más o menos la misma edad”
“Es el personaje que habla más claro, el que más dice lo que piensa”
“El autor lo mira con simpatía”
“La novela refleja tres tipos de árabe: oriental, occidental y desorientado entre oriente y occidente. Este último sería Kamal”
Política e historia
“La novela se desarrolla trazando un paralelismo entre la familia protagonista y sus vicisitudes, y la historia del país entero, en un momento esencial del Egipto moderno. Las referencias históricas y políticas son constantes”
“Y bien engarzadas”
“Se nota que cuando más se emociona el autor es al hablar del nacionalismo”
Religión
“Dios no aparece en la novela”
“Pero los personajes continuamente lo invocan”
“Es difícil determinar lo que piensa el autor respecto a la religión, parece que se proteja por temor de que se le considere infiel”
“Parece que fue apartado de su puesto en el Ministerio de Asuntos Religiosos por no ser religioso”
“A mí me parece convincente en la descripción de lo religioso, con distancia pero emotividad”
“Al Islam lo mira con simpatía, la religión es su cultura y la mira con simpatía”
Obra
El callejón de los milagros es muy diferente, hay más miseria y sordidez”
Principio y fin también es más sórdido, y más violento. Está mejor estructurado, es como un mecanismo de relojería”
Argumento
“Es un libro que avanza muy lento”
“Narrativamente, imita a los autores del siglo XIX, Balzac, Zola, Dickens…”
“Tiene una estructura que desorienta, la tragedia no se va tejiendo en la trama, crees que va a surgir dentro de la familia y en realidad la provoca un hecho externo, la ocupación extranjera”
“Cuesta leer porque hay muchos giros en la narración, no se sigue el esquema occidental de mostrar a todos los personajes principales en relación con un único problema. Es deslavazada”
“Quizá sea por lo que comentábamos al hablar de Maalouf, sobre el modo de narrar árabe, que no se articula, como el occidental, siguiendo el esquema planteamiento, nudo y desenlace”
“De todos modos, la inconsistencia del argumento es aparente, se va desarrollando a lo largo de la trilogía”

¿A qué esperáis para leerla completa?

martes, 6 de julio de 2010

13 de julio: Callejeando


Si nos situáramos en El Cairo de la primera mitad del siglo XX y habláramos del menor de siete hermanos, hijo de funcionario, que acabará trabajando en el Ministerio de Asuntos Religiosos, después de haber estudiado la historia de su país y a los filósofos occidentales, quizá podríamos estar hablando de un personaje de la Trilogía del Cairo, pero no, estamos hablando de su autor: Naguib Mahfuz. Ha sido considerado el padre de las letras árabes, para unos por obra y gracia de la concesión del Nobel de literatura en 1988, para otros porque fue el primer escritor árabe que, en vez de escribir en árabe clásico, limitó éste al narrador dejando para los personajes el árabe coloquial, matiz que, por desgracia, no podemos apreciar en las traducciones. Entre dos palacios es el primer libro de una trilogía impuesta por la industria editorial de su tiempo, ya que, al negarse a publicar un libro de mas de 900 páginas por miedo a no venderlo, el editor le propuso a Mahfuz hacer una trilogía aprovechando las dos grandes elipsis temporales que la dividen, y éste aceptó, dando a cada libro el nombre de una calle de El Cairo: Entre dos palacios, Palacio del deseo y La azucarera. La trilogía fue un gran éxito de ventas y crítica, no en vano, cuando la academia sueca de dio el Nobel a Mahfuz, la consideraron “una demostración del arte árabe, el cual posee validez universal”. Entre mezquitas, tiendas y burdeles, disfrutemos callejeando por El Cairo, acompañando a la familia de Ahmad Abd-el Gawwad, a quien vemos, en este fragmento, imponiendo su ferrea ley:
El señor clavó en ella una mirada penetrante hasta que la mujer bajó la vista con sumisión, mientras él volvía a un estado de irritación y tristeza tal que condensó toda la ira en su pecho. Empezó a golpearse las costillas con el deseo de respirar o de buscar ayuda, luego gritó con voz tempestuosa:
— ¡Sabemos todo eso! ¡He aquí un novio que se presenta a pedir la mano de tu hija! ¡Déjame oír tu opinión!

Ella sintió que su pregunta la llevaba hacia un pozo sin fondo y dijo, sin vacilar, mientras extendía las palmas de las manos con calma:

—Mi opinión es la tuya, señor, no tengo otra.
—Si es como tú dices —rugió—, no habrías venido a hablarme del tema.

—Sólo te he hablado, señor, para informarte de la seriedad del asunto —dijo con acento apasionado y temeroso—, ya que mi deber me obliga a informarte de todo lo que se relaciona, de cerca o de lejos, con tu casa.
Él movió la cabeza, furioso, diciendo:

—¿Quién sabe? ¡Dios! ¿Quién sabe? Tú no eres más que una mujer y todas las mujeres sois tontas. El matrimonio, especialmente, os hace perder la cabeza. Quizá tú...

—Señor, ¡Dios me libre de que pienses así de mí! —le interrumpió ella con voz trémula—. Jadiga es tan hija mía, de mi carne y de mi sangre, como tuya... Su suerte me parte el corazón. En cuanto a Aisha, está aún en la primavera de la vida y no le perjudicará esperar hasta que Dios ayude a su hermana.
Él empezó a atusarse el espeso bigote con gesto nervioso y, de repente, se levantó preguntando, como si se acordara de algo:
—¿Lo sabe Jadiga?
—Sí, señor. Sacudió la mano colérico mientras chillaba:
—¿Cómo pide este oficial la mano de Aisha a pesar de que nadie la ha visto?
—Te he dicho, señor, que seguramente oyeron hablar de ella —replicó con vehemencia, a la vez que le temblaba el corazón.
—Pero él trabaja en la comisaría de el-Gamaliyya, es decir, en nuestro barrio; es como si formara parte de su gente.
—Jamás los ojos de un hombre se han posado sobre ninguna de mis hijas desde que dejaron la escuela siendo aún muy pequeñas —dijo la madre presa de una gran excitación.

Él dio una palmada y le gritó:

—¡Calma..., calma! ¿Crees que yo dudo de eso, buena mujer? Si lo hiciera el asesinato mismo me sabría a poco. Yo sólo hablo de lo que se le podría pasar por las mientes a algunos que no nos conocen. “Jamás los ojos de un hombre se han posado sobre ninguna de mis hijas.” ¡Bravo! ¿Habrías querido que se posaran sobre ellas? ¡Loca disparatada! Yo repito lo que habrán propagado las lenguas desvergonzadas de la gente. Cierto... Es el oficial del barrio, recorre nuestras calles de la mañana a la noche, y no sería de extrañar que alguien pensara en la posibilidad de que haya visto a una de las dos chicas, cuando sepan que se casa con ella. No me gusta, no quiero entregar mi hija a nadie si eso va a levantar sospechas sobre mi reputación; es más, sólo llevaré a mi hija a la casa de un hombre cuando me demuestre que lo primero que lo ha impulsado a casarse con ella es su deseo sincero de emparentar conmigo..., conmigo..., conmigo..., “Jamás los ojos de un hombre se han posado sobre ninguna de mis hijas.» ¡Bendito sea Dios, bendito sea Dios, Amina!
La madre lo escuchó sin decir palabra y se hizo el silencio en la habitación. Luego el hombre se levantó, lo cual anunciaba que se iba a vestir y a prepararse para volver a la tienda. Ella se apresuró a levantarse mientras el señor sacaba los brazos de la galabiyya y la alzaba para quitársela, pero se detuvo antes de que el escote le traspasara la barbilla y dijo con la prenda arremangada por encima del hombro como la melena de un león:
—¿El señorito Fahmi no ha medido la trascendencia de la petición que le ha formulado su amigo? —Luego, moviendo la cabeza con pena—: La gente me envidia por tener tres hijos varones y la verdad es que sólo tengo hembras..., cinco hembras.
Naguib Mahfuz, Entre dos palacios
Más sobre Mahfuz en:

miércoles, 16 de junio de 2010

Sobre el 8 de junio: Cormac McCarthy


Una novela sentenciosa, de ideología conservadora, repleta de contradicciones, con momentos ininteligibles e imágenes chuscas (“Miró al cielo. Un solitario copo grisáceo que cayera de un tamiz. Lo atrapó en la palma de su mano y lo vio expirar como la postrera hostia de la cristiandad”), pero cómo conmueve y cómo engancha: como el Hombre y el Hijo, todos queríamos llegar al mar, al sur, huir del frío, pero al llegar resulta que el mar no es azul y todo sigue igual.

Es la conclusión a la que llegamos sobre La carretera. Pero comenzamos leyendo el final: “Una vez hubo truchas en los arroyos de la montaña. Podías verlas en la corriente ambarina allí donde los bordes blancos de sus aletas se agitaban suavemente en el agua. Olían a musgo en las manos. Se retorcían, bruñidas y musculosas. En sus lomos había dibujos vermiformes que eran mapas del mundo en su devenir. Mapas y laberintos. De una cosa que no tenía vuelta atrás. Ni posibilidad de arreglo. En las profundas cañadas donde vivían todo era más viejo que el hombre y murmuraba misterio.”

El final
“¿Qué significa ese final?”.
“Quiere decir que el mundo existió antes y después del hombre, que puede seguir sin él”.
“Después de la catástrofe, el mundo puede ser mejor o una repetición, yo estoy por lo segundo”, “Yo no creo que apunte en esa dirección, sino que el final es esperanzador”, “Sí, yo no lo veo tan pesimista”.
Cosmovisión
“He leído No es país para viejos y es muy similar, pesimista, apocalíptica; es como si el mundo que retrata en esa novela lleve al de La carretera, el autor parte de la misma cosmovisión”.
“No se hace alusión a la catástrofe, seguramente eso obedece a que quiere dejar abiertos más significados alegóricos para la situación, podría llegar a pensarse que se trata de un castigo bíblico a una humanidad degenerada, a su degradación moral”.
“Es una novela tan imbuida en la religión que no es extraño que la destacase Harold Bloom. Además de crítico, también es un teórico de las religiones y ha estudiado lo que considera la religión estadounidense. Es una sociedad en la que la religión está en todas partes de modo que ha llegado a desarrollar una religión propia, gnosticista: cada americano cree que acoge una chispa de divinidad”.
Estilo y punto de vista
“El estilo es preciso, puntillista, muestra un vocabulario muy rico, estoy seguro de que consulta todos los diccionarios habidos y por haber, de sinónimos, especializados… es imposible que alguien guarde en la cabeza todo eso”.
“Me choca que el narrador parece una cámara, ¿cómo puede ser que en una novela moderna haya un narrador omnisciente?”, “A mí no me disgusta que haya narrador omnisciente”, “Eso explicaría las novelas que propones”, “Pues para mí resulta muy extraño el narrador omnisciente en una novela actual, me molesta la falta de pulcritud respecto al punto de vista”, “Es que no es una novela moderna, como todas las novelas relevantes de las últimas décadas, es antigua en su esquema narrativo. Las tres o cuatro mejores novelas de este siglo parecen haberse saltado las décadas de los 20 y 30 del pasado”.
“Los diálogos son crudos, no transmiten”, “Parecen oraciones, rezos”, “Es cierto, el ‘vale’ convertido en un amén”.
“Pero ¿os ha conmovido? Yo estoy en contra de la ideología que se respira, yo creo que lo que cuenta la novela no pasaría, el ser humano ha vivido sin religión y esto no sucedía. Pero me ha conmovido”.
Personajes
“Lo peor no es el mundo apocalíptico sino aquello en que los hombres se convierten en él”.
“Pero aún quedan quienes muestran resistencia a caer, que mantienen una lucha moral por mantenerse fuera de la barbarie”.
“Los que tienen el fuego, el fuego es la moral, los principios”.
“Lo más destacable de la novela me parece la relación paterno-filial, la salvación es la familia, el padre muere porque es parte del mundo antiguo, el hijo se salva, es heredero de aquello que se perdió”.
“Es una promesa de buena nueva, un niño que no se ve afectado por la barbarie a su alrededor, si su alma se mantiene pura, es posible un renacimiento del mundo”.

domingo, 13 de junio de 2010

¡Nos mudamos!


El anunciado cierre en agosto de La Valentina nos ha obligado a buscar un nuevo local. Aunque en la encuesta lanzada en este blog ganara el café Salambó, situado en el barrio de Gracia, en las últimas reuniones comentamos que sería preferible acudir a un local más cercano a La Valentina, más céntrico, así que votamos por otro: el Café Librería Nostromo (C/ Ripoll, 16), a pocos metros de la catedral: “Un local tranquilo e ideal para tomar una copa, escuchar R&B's, hojear algún libro o bien encargar una cena para disfrutar con los amigos de este ambiente acogedor.” Así se presenta en su página web y ese ambiente tranquilo ha propiciado que haya acogido diversas tertulias. Con su decoración marinera, una barra en forma de barco y su sentina, nos va que ni pintado.

Ya sabéis, novelantes, desde el Nostromo seguiremos navegando juntos por nuestras novelas favoritas. En la próxima reunión, ponemos rumbo a El Cairo, con Entre dos palacios de Naguib Mahfuz. ¡No os perdáis!

miércoles, 2 de junio de 2010

8 de junio: el apocalipsis era esto


Humeros de piedra donde el agua gotea y canta, trechos legamosos, esteros de agua turbia, anémicos brotes de alheña entre las margas... Un zoquete, un telero, una chumacera, un atanor o un cáncamo convertidos en tesoros. ¿El apocalipsis era esto? Con tan rechinante vocabulario lo describe McCarthy (o su traductor Luis Murillo, ya nos lo aclararán quienes han leído el libro en inglés).
La película no se ha llevado las mejores críticas, pero nos dio la excusa: discutíamos el cartel del año cuando todavía estaba pendiente de estreno su versión cinematográfica, hacía tiempo que teníamos ganas a Cormac McCarthy y qué mejor que comentar su reciente Pulitzer, La carretera.
No es el único premio que ha cosechado un autor de dilatada carrera, ventas millonarias e innegable popularidad (ha sido distinguido por Harold Bloom, ha logrado sacar de sus casillas a Oprah Winfrey), amado por la crítica y también por el cine. "Hollywood mata por las novelas de este escritor": así titulaban en Público un repaso de los muchos personajes creados por McCarthy que han sido llevados a las pantallas, los muy malos, los más buenos y, en la última, La carretera, el Hombre:



Además de varios enlaces, os dejamos, como de costumbre, un fragmento de la novela, este mes, una pesadilla dentro de una pesadilla:

Despertó gimiendo en mitad de la noche y el hombre lo abrazó.
Chsss..., dijo. Chsss... No pasa nada.
He tenido una pesadilla.
Ya lo sé.
¿Te cuento qué pasaba?
Si quieres, sí.
Yo tenía un pingüino de esos que les das cuerda y echan a andar y mueven las aletas. Estábamos en la casa donde vivíamos antes y el pingüino aparecía por una esquina pero nadie le había dado cuerda y yo me asustaba mucho.
Tranquilo.
En el sueño daba mucho más miedo.
Lo sé. Hay sueños que dan mucho miedo.
¿Por qué he tenido esa pesadilla?
No lo sé. Pero ya pasó. Voy a echar un poco de leña al fuego. Tú duerme.
El chico no replicó. Después dijo: La cuerda no giraba.

Cormac McCarthy, La carretera

Más sobre McCarthy en:

martes, 18 de mayo de 2010

Sobre el 13 de mayo: Jeff Noon


“Lo encontré en la biblioteca buscando otra cosa”. Así llegó Vurt hasta nosotros, porque una novelante que llevaba tiempo sin leer se animó a coger prestado aquel libro que llamó su atención en un estante. Tras la experiencia vurt, se ha reenganchado a la literatura.
“Cuando escribí Vurt en 1993, el tema de las drogas en las calles de Manchester estaba muy en boga, en especial el uso del éxtasis en la escena de baile. Esta situación llevó a una guerra cruenta entre diferentes bandas de traficantes rivales, y murió mucha gente a causa de esta lucha por el control del negocio. Así que quise escribir un libro que capturara parte del estado de ánimo de ese momento y que fuera honesto sobre el problema”, son declaraciones de Jeff Noon que nos leyó la novelante que propuso Vurt, recogidas en un artículo que se trajo a la sesión, un trabajo muy completo sobre la obra del autor, publicado en un sitio web para DJ, que recomendamos vivamente a los novelantes que, todavía bajo los efectos alucinógenos de la novela, no atinaron sino a decir:
“La lengua es lo único atractivo, eso es muy atractivo, pero en general no me ha gustado el libro, está muy desestructurado, debería explicar mejor qué es vurt y cómo se llega. Dune, por ejemplo, también habla de mundos imposibles pero está bien estructurado.”
“A mí me gusta cómo retrata la huida del mundo real de los drogadictos, pero tampoco me gusta lo desestructurado que es y me parece que está muy alargado, si le quitas 100 páginas de en medio ganaría. Además, el paralelismo con Alicia en el país de las maravillas no está conseguido, aunque hay elementos comunes como los juegos de palabras, la ruptura de las leyes de la física…”
“Bueno, también está el gato cazador, que nos guía por la novela, como el gato de Cheshire de Alicia…”
“La traducción del gato cazador es errónea. Es mucho más expresiva la expresión inglesa, game cat, más relacionada con los videojuegos. En esta novela hay mucho color, como en un videojuego, los colores de las plumas, la muerte de Beetle...”
“Sí, también en la batalla del final con la serpiente Takshaka, todos esos colores y números fluorescentes... Me gustó mucho esa parte y también lo de la pareja unida por el pelo. Las descripciones de ambientes me parecen muy conseguidas.”
“Es cierto, esto encaja con la parte de crítica social: la represión policial en el mundo real, gris, contra el mundo de colores de vurt.”

Paranoia ácida. Así se llamó la sesión dedicada a Vurt y resultó ser un título premonitorio: justo antes de que se celebrara, los novelantes recibieron el mensaje de que su base de operaciones cerraba. Pero en mayo, Valentina seguía abierto y parece ser que seguirá contra viento y marea, aún está por confirmar. De momento, ahí seguimos y cerramos esta sesión como la empezamos: “Lo acabaré entendiendo, me iba diciendo al leer el libro y lo acabé y seguí sin entender, pero me gustó igual.” De eso se trata, ¿verdad? La próxima sesión se titula “El apocalipsis era esto”, ¿estáis preparados, novelantes?

martes, 4 de mayo de 2010

11 de mayo: Paranoia ácida


“Despierto, sabes que los sueños existen. En un sueño, crees que el sueño es la realidad. En un sueño, no tienes conciencia del mundo despierto. Lo mismo ocurre con Vurt. En el mundo real sabemos que Vurt existe. Dentro de Vurt pensamos que Vurt es la realidad”, dice el Gato Cazador, nuestro guía, y el del protagonista, por esta novela plagada de términos chocantes (jamacocos, roboperros, polisombras…) y que se adscribe en un género desconocido para los no aficionados a la ciencia ficción: el cyberpunk.
Blade Runner, La naranja mecánica y El Neuromante, aunque también Alicia en el país de las maravillas, son los referentes citados en la contra de la edición española de Vurt, el debut del músico, pintor y autor teatral Jeff Noon, premiado con el Arthur C. Clarke y que en España fue publicado por Mondadori, extraño hogar para una novela del género.
Salpicado de los extraños términos nacidos del proceso de hibridación nominal emprendido por el autor, el fragmento que os ofrecemos podría haber sido un fin de fiesta cualquiera en una jornada cualquiera de Manicured noise, la banda de Manchester de la que Noon fue guitarrista:
El portero del Slithy Tove era un gordo conejo blanco. Tenía una cabeza moteada de manchas sangrientas que surgía de su cuello de piel manchado de cerveza y un enorme reloj en sus enormes guantes blancos. La aguja grande señalaba las doce y la aguja pequeña las tres. Es decir, las tres de la madrugada de una noche que acababa de empezar.
Dos putas de la puerta intentaban abrirse camino hacia dentro sin llevar el símbolo codificado. El conejo les estaba poniendo problemas. Yo hice brillar mi pase codificado laminado con acceso a todas las áreas después de la gran fiesta, que tenía la forma de un cachorrito muy mono cortado con un bebé humano, moteado con pelaje; encima una foto de Dingo Tush, desnudo excepto en su autógrafo (autorizado). En el borde del pase decía Dingo Tush. Ladrando por la gira británica. Presentado por Das Uberdog Enterprises.
El gorila conejo examinó mi pase y me miró a los ojos. Era una mirada dura.
—Yo era el dj de Dingo esta noche, colega —le dije. Enseguida se quedó encantado y me dejó pasar.
Pasé por el deslizante portal, a través del agujero en la tierra, por las estanterías de jamacocos, al fondo del corredor lleno de fans rezagados, directo hacia la muchedumbre.
Debía de haber unas quinientas personas allí dentro, en aquel espacio tan pequeño; amigos, amantes, enemigos, maridos, mujeres, primos segundos, fans, agentes, acompañantes, managers, peluqueros de pelaje canino, entierrahuesos, quitamoscas, perros brillantes y hombres revueltos, discjockeys, vídeojockeys, sensojockeys, madres, desmadres y ex amantes, batidores de récords. Todo el entorno de Dingo Tush, bailando alrededor del halo que Vurt transmitía desde los rayos del techo, y luego derramándose en el Jardín del Fetiche, bajo una lunafarola, todavía bailando.
Jeff Noon, Vurt

Más sobre Noon en:

  • Vurt Feathers. Sitio web oficioso de Jeff Noon y su novela Vurt. Incluye reseñas de otras novelas pero se centra en la primera novela del autor; el glosario de términos vurt incluye ¡más de un centenar de entradas!

  • Reseña de Vurt, por Xavier Riesco Riquelme en El archivo de Nessus. La crítica de un filólogo se detiene en la traducción del libro, centrándose en un término, robobárbaros, cuyo sentido se ha cambiado al traducir erróneamente el término goth, es decir los “siniestros” por estos lares: “Un contexto entero eliminado de un plumazo.”

  • Manifiesto cyberpunk, en Project Cyberpunk. La entrada de la Wikipedia dedicada al cyberpunk es muy completa, pero para saber algo más de este subgénero de la ciencia ficción, conocido por su enfoque en la "alta tecnología y bajo nivel de vida”, recomendamos leer la traducción al castellano del Manifiesto Cyberpunk.

  • Ciberpunk. Uno de los grupos españoles que se autodenomina cyberpunk aparece en Berlín en 1989. Este es el blog museo (curioso término blogmuseo, a Noon le encantaría) del grupo ciberpunk español (1989-2006). Permite descargar, entre otros, el documento Identidad, sobre los orígenes del movimiento.

jueves, 15 de abril de 2010

Sobre el 13 de abril: Kureishi


El novelante que siempre abre fuego, abrió fuego; el novelante que plantea los grandes temas del libro, los planteó (y se trajo una presentación con referencias visuales de la novela); el novelante que a veces lee los libros, esta vez, sí lo leyó; el novelante que suele llegar tarde, volvió a llegar tarde, pero llegó; las novelantes que apuntan, apuntaron lo que pudieron entre comentario y comentario, y así llega aquí el resumen de la jornada dedicada a Kureishi. El buda de los suburbios en siete temas:

Abriendo fuego
“Me ha gustado mucho, me ha sorprendido que el principio sea muy humorístico y luego se vuelva serio, y no sabes cómo lo ha hecho. Además, me parece que refleja la cultura inglesa e hindú de manera muy equilibrada.”
“A mí me gusta sobre todo lo que tiene que ver con el padre, la parte más cómica”.
La fuerza del deseo
“Una de las temáticas de la novela es la fuerza del deseo, cómo nos coge por el cuello y nos arrastra más allá de nosotros mismos incluso a la autodestrucción.”
“Es un tema que aflora en los 70 y tiene un antecedente literario en Rimbaud. Rimbaud está detrás de la novela, su ideal del desorden de los sentidos. De hecho, se le menciona varias veces.”
Karim
“Me ha sorprendido el retrato de Karim. Esta novela me parece un modo privilegiado de penetrar en la mente de un adolescente.”
“Karim es sobre todo un ejemplo de adaptación al habitat. Heredero de una tradición que no es la suya, despojado de toda cultura, tiene a su alcance una serie de elementos inconexos, sin identidad, desarbolado.”
“La novela empieza mostrando un problema de identidad y a la vez de autoafirmación, cuando Karim se presenta “soy un inglés de pies a cabeza, casi.”
“Además del problema racial, está el de identidad sexual. Él es ambiguo y vive en una época ambigua, en realidad demuestra una gran capacidad para adaptarse.”
“A mí me chirría que no encuentro drama en eso, ninguno de los bisexuales que he conocido muestra la seguridad de este personaje”
Conflicto moral
“También se plantea en la novela un conflicto moral cuando Karim describe el amor entre su padre y Eva como “un animado egoísmo a dos” y se pregunta cómo es posible que el amor provoque daño.”
“Aquí sí veo drama, esto sí que me lo creo.”
Intimidad
“Me ha incomodado la exhibición de intimidad, en ciertos momentos he sentido vergüenza ajena.”
“Es cierto, resulta muy impúdico, yo también he sentido vergüenza en ocasiones.”
“Pero no profundiza en la intimidad que muestra.”
“Porque se limita a ser un cotilla.”
Londres
“Retrata bien los ambientes. La novela tiene una banda sonora, la música hace ser a los personajes como son. Hay referencias a canciones de los Doors, Bob Dylan… que te llevan a situarte en aquel momento.”
“El propio Kureishi ironizó diciendo que era una novela histórica.”
“¿Pero es una crónica social real o son los 70 que todos hemos mitificado?”
“Es cierto, porque lo que realmente está descrito es el punk. Describe el nacimiento del punk con la escena del concierto, que es muy detallada.”
Valor literario
“Es una crónica social entretenida, pero literariamente no está lograda. Es un libro que ya sabía escrito muchas veces, una novela de formación, del estilo de Servidumbre humana, de Somerset Maugham. No ves una sensibilidad especial, no ves caminos nuevos, no ves creatividad.”
“Le estás pidiendo a este libro que sea lo que no es, no hay que pedirle más de lo que da.”
“Es una novela amable, que a mí no me atrae en lo que debería.”
“Al menos no tienes que esforzarte en leerla.”
“Sí, es un buen libro, teniendo en cuenta lo que se proponía el autor.”
“Pero, desde luego, no volvería a leérmelo.”

martes, 6 de abril de 2010

13 de abril: Rellamada


“Sácame de tus novelas”, le pidió Yasmin Kureishi a su hermano tras la publicación de Algo que contarte. Llueve sobre mojado: “Hanif dice que es una novela, pero nadie va a verla como simple ficción”, declaró su ex mujer cuando se publicó Intimidad. La novelante más fanática de Hanif Kureishi recordó las semejanzas entre vida y obra del autor en la sesión que le dedicamos en la tertulia literaria del Idea. Si nos fiamos de los medios, quien propició la reaparición de las críticas familiares en esta ocasión fue el propio escritor, que declaró que siempre puede confiar en su hermana para que envíe alguna carta acusatoria a la prensa.

La hermanísima tiene menos motivos para quejarse que nunca, pues en la última novela de Kureishi publicada en España, la protagonista es Londres, lo mismo que en su debut: corría el año 1990 cuando se publicaba El buda de los suburbios, que comentaremos en la próxima sesión de Novelantes. Su autor no era ningún desconocido, había firmado los guiones de dos reputadísimas películas de Stephen Frears, Mi hermosa lavandería y Sammy y Rose se lo montan. Con El buda de los suburbios ganó el Whitbread a la mejor obra novel y el lugar que aún ocupa en el firmamento literario.

Hemos encontrado pocos documentos en castellano referentes a la novela. Abundan los vídeos, la mayoría correspondientes a la miniserie que emitió la BBC, con banda sonora de David Bowie, tres años después de la publicación de la novela. Entre todos los vídeos destacamos una pequeña joya que sustituye al habitual fragmento. El propio Kureishi nos lee El buda de los suburbios, con él os dejamos:



Más sobre Kureishi en:

  • The Buddha of Suburbia Project. Completísimo sitio web con un montón de recursos sobre la novela y su autor.
  • Buddha of suburbia, de David Bowie, en Youtube. Vídeo del tema creado por David Bowie, incorpora imágenes de la serie.
  • Sitio web oficial de Hanif Kureishi. Ni completo ni actualizado, incluye relatos, algunas fotos y también noticias (algunas de hace unos añitos).
  • Kureishi en Barcelona, en Midnightallday. El blog así llamado por una colección de relatos de Kureishi tenía que recoger la crónica de su última visita a Barcelona.

jueves, 11 de marzo de 2010

Sobre el 9 de marzo: Elias Canetti


Comenzamos con la pregunta de siempre, aunque la respuesta ya la sabíamos, pues quien propuso La lengua salvada se declaró desde el principio un ferviente admirador de Canetti. Y lo demostró con creces, lo abrasamos a preguntas y no lo pillamos en ningún renuncio:

¿Por qué Canetti?
Comencé a leerlo en los 80, por recomendación de otro escritor, Miguel Morey, que me dijo: “Si quieres conocer a un pensador de quien extraer valor filosófico y actual, lee a Canetti”. Empecé con Masa y poder, que de vez en cuando voy releyendo, algunos capítulos los he leído unas 20 veces. Encuentro que tienen una fuerza actual.
Me gusta porque toca los temas como escritor antes que otra cosa, pero está interesado en escribir algo que vaya más allá de la literatura. Yo lo emparento con Spinoza en el sentido de que está interesado en el efecto de unos cuerpos sobre otros; a Canetti le interesa el efecto de la lengua, la palabra. Para él, el mundo se acaba y de los escritores depende que no sea así, ése es su nivel de responsabilidad como escritor, un especial compromiso con la palabra.
¿Cuál es el sentido de Masa y poder?
Estudiar los mecanismos de formación de la masa y denunciar los efectos destructivos del poder.
Recuerdo que traza un contraste entre individuo y masa, considerando a Stendhal como máximo ejemplo de individuo. ¿Lo consideras un escritor filosófico?
No, es un escritor sabio, en el sentido en que lo eran los presocráticos, en un sentido poco libresco, cuando la tradición filosófica no había creado métodos de aproximarse a la realidad, por lo que se enfrentaba a ésta de manera ingenua, sin armas.
Entonces ¿estaría cerca de Bertolt Brecht?
No, no, en absoluto, son antagonistas. Aunque le reconoce gran valor a su obra poética, no le gustaba nada como dramaturgo.
Se les podría emparentar por su crítica a la sociedad.
Pero su cinismo y amoralidad lo separan de Canetti. La gente está muy equivocada con Brecht, para él sólo tenía sentido escribir si ganaba dinero con ello.
¿De qué vivía Canetti?
De las traducciones. Trabajaba como traductor cinco horas al día, era un trabajo que se tomaba muy en serio. En su vida, su único delirio fueron los libros. El se sentía constituido por los grandes personajes literarios. Se ve en La lengua salvada cómo leyó desde niño las grandes obras de la literatura animado primero por su padre y luego por su madre.
Eso, ¿hablamos del libro?
Lo que más destaca es la relación con la madre, con todos sus matices, en el sentido de “amplitud”, un concepto muy importante para Canetti, la forma en que van aprendiendo el uno del otro.
En el libro, cuando lo veo centrado es en Zúrich.
Zúrich es muy importante para él. De hecho, vivió en muchos lugares pero está enterrado en Zúrich, al lado de James Joyce, con quien, por cierto, no se llevaba muy bien.
Parece no haberse llevado bien con nadie.
No, no es así, admiró a muchos escritores, como Kafka, y tuvo grandes amigos como Hermann Broch o Isaak Bábel, de quien amaba su pasión por aprender, por desprenderse de todo conocimiento para llegar a conocer al otro. Bábel fue una escuela para Canetti, ambos se reunían para comer, pedían una sopa y se dedicaban a observar a la gente.
¿Consideras a Canetti elitista?
No me lo parece por la vida que llevó, por sus relaciones con la gente sencilla.
Sin embargo, no describe la masa con simpatía, su visión es desde fuera, de entomólogo.
Pero él se dedica a estudiar la masa y, en lugar de rechazarla, se entrega a ella. Hace como el científico heroico, se inocula lo que estudia.
Por lo que cuenta en La lengua salvada, parece que lucha contra el impulso de ser elitista.
Estoy de acuerdo, Canetti tuvo una infancia cultivada y en el libro se ve cómo quiere expresar lo que sabe aunque eso lo haga odioso para los otros niños. Cuando habla de que el saber mudo acaba vengándose por ser secreto y que el saber que se comunica es inofensivo aunque pueda ofender recuerda a Spinoza en el Tratado breve.
¿Por qué escribió sólo una novela?
Lo mismo le pasó a Sánchez Ferlosio, que no quiso escribir más que dos. Auto de fe es una novela de culto, muy complicada, con un aire de pesadilla. Su arranque es muy fuerte y prometedor, sus personajes son inolvidables. Escrita en 1931, rompe con la tradición literaria alemana, es un fresco expresionista, una premonición detallada de lo que será el nazismo.
Cuando decidió escribir una autobiografía no fue para contar la historia de su vida. Él consideraba que en el siglo XX se había producido una ruptura del contrato entre la palabra y el mundo, su biografía es una apuesta por mostrar la ruptura de ese contrato.
Cuenta cosas duras, hay momentos muy emotivos, como el encuentro entre los soldados alemanes y franceses.
Pero no hay pathos. Es un acierto del estilo, es intimista pero a la vez distante.
¿Por qué se titula La lengua salvada?
La anécdota que abre el libro tiene que ver con una lengua salvada. Luego habla de la lengua que eligió para escribir, el alemán, que era la lengua prohibida, la lengua del amor, pero en la que su madre lo introdujo mediante un método atroz. Todos los tomos de su autobiografía se refieren a alguno de sus sentidos. Expresan el deseo de Canetti de reconvertir el mundo en palabra. Convertir un mundo hostil en palabras, esa fue la única utopía en la que creyó.

lunes, 1 de marzo de 2010

9 de marzo: en sefardí


La lengua salvada es el relato autobiográfico de una infancia itinerante: Canetti nació en Rustschuk (Bulgaria), un lugar donde, en un mismo día, se podían oír siete u ocho lenguas distintas, en el seno de una acomodada familia sefardí. Muy pronto, sus padres deciden irse a vivir a Inglaterra; es sólo el principio del periplo por varios países, e idiomas, que, en compañía de su madre, joven viuda, y sus hermanos, vivirá Canetti en sus primeros años. Décadas más tarde, se verá forzado a un nuevo éxodo, pero ésa es otra historia, y otro tomo de sus memorias. El que nos ocupa nació como una ofrenda. Canetti comenzó a escribirlo para ayudar a su hermano menor, gravemente enfermo, a rememorar su infancia juntos: “Desgraciadamente, no pude mostrarle las primeras líneas. Murió antes. Pero este libro le está dedicado y no existiría sin él.” Con esta conmovedora declaración se abre el prólogo de La lengua salvada en las obras completas del autor publicadas por Galaxia Gutenberg. El hermano de Canetti, sin embargo, apenas aparece en ella, es su madre la protagonista y eje sobre el que se vertebra su Historia de una vida.

Cuando por fin callaba se ponía tan seria que yo no arriesgaba ni una frase más. Se pasaba la mano por su alta frente, reinaba el silencio, yo no me atrevía casi a respirar. Mi madre no cerraba el libro, sino que lo dejaba abierto, y así se quedaba para el resto de la noche cuando nos íbamos a dormir.
No decía ninguna de las frases corrientes, como que era tarde, que hacía tiempo que yo debía estar en la cama, que al día siguiente tenía que ir al colegio; todo lo que normalmente constituía sus frases maternales quedaba borrado. Parecía natural que continuara siendo el personaje sobre el que acababa de hablar. De todos los personajes de Shakespeare, el que ella más quería era Coriolano.
No creo que entendiera entonces las obras de teatro que leíamos juntos. Sin duda me impregné de muchos aspectos de ellas, pero en mi recuerdo el único personaje era mi madre, en el fondo todo era un único drama que interpretábamos nosotros dos. Los acontecimientos y los choques más terribles, que ella no me ahorraba en absoluto, se traducían en sus palabras, que comenzaban como explicación y desembocaban en un luminoso éxtasis.

Elias Canetti, La lengua salvada

Más sobre Canetti en:

  • "Elias Canetti: vivir en la lengua”, por Tomás Albaladejo Mayordomo, en Tonos Revista electrónica de estudios filológicos. La vida de Canetti, marcada por las lenguas.
  • “Elias Canetti en pocas palabras”, por L. Fernando Moreno Claros, en El País. Reseña del cuarto tomo de las obras completas publicadas aquí por Galaxia Gutenberg, incluye una relación de los apuntes de Canetti recopilados.
  • "Canetti en Inglaterra”, por Luis Fernando Moreno Claros, en Letras libres. Reseña del publicado, póstumamente, como cuarto tomo de las memorias de Canetti, aunque el autor nunca lo concibiera como tal.
  • “Elias Canetti 1905-2005”, por José María Pérez Gay, en Al margen. El autor recuerda la entrevista que mantuvo con Canetti allá por los 70.

martes, 16 de febrero de 2010

Sobre el 9 de febrero: Zadie Smith


Dientes blancos, de Zadie Smith, en la balanza: “No profundiza”, “No me lo creo”, “Los personajes están poco elaborados”, “No me resulta creíble”. Cuánto rigor se gastan los novelantes al juzgar a una escritora multipremiada, la gran esperanza de la literatura anglosajona, ¿no? Más pesas en este platillo: “Escribe fuegos artificiales y eso despista de los aspectos esenciales, hay mucho humo”, “Está bien que mezcle comedia y drama, pero el comienzo no me gusta, no me parece que refleje la mentalidad de un suicida, yo creo que se mete en un berenjenal”.
¿Y en el otro platillo?: “Escribe extremadamente bien, tiene una facilidad increíble”, “Es ingeniosa, es ocurrente”, “Hace piruetas argumentales muy bien”. En un foro tan severo, cuántas veces se han escuchado halagos como ésos. No hace falta revisar las entradas: muy pocas, quizá ninguna. Y pocas veces un escritor ha dividido tanto a los novelantes. No es la primera vez que se anima la discusión, no faltaba más, esto es un club de lectura. Pero esta vez el debate no surgió entre novelantes, sino en cada uno de ellos: todos de acuerdo en todo, incluso en no saber qué pensar, balanceando, cada uno de ellos alternando reproche y halago.
“No basta con escribir bien, hay que tener cosas que contar”, “Tener algo que decir es lo realmente difícil”. ¿La juventud de la autora como disculpa? “Como se nota que no ha tenido dificultades en la vida, que no sufrido dramas, no sabe reflejar la amargura porque no la ha sufrido”. Sin embargo, “cuando escribió Los Buddenbrook, Thomas Mann también tenía 25 años, y es la memoria de un adolescente cargado de vivencias”
A pesar de errores apuntados, “en un tanque, los soldados no se pueden estar mirando unos a otros, no hay sitio”, fue reconocida su habilidad para sortear los agujeros de la experiencia, “ambientando los capítulos dedicados a la guerra fuera de la conflagración armada”. Y su osadía: “El final está bien trabajado, arriesga mucho y constantemente parece a punto de caer en el abismo, pero no cae”. Y los hallazgos de la novela: “El retrato de los Chalfen es uno de los hallazgos del libro y el otro es recuperar a Dickens”. “Pues no lo cita como influencia, ella se reconoce deudora de Forster, pero es verdad que no encontré semejanzas de estilo con él”. “Porque su influencia es otra, seguro que se ha leído a Dickens enterito”.
Y así, Zadie Smith “sacó a la literatura inglesa de la muerte en que había caído con escritores como Forster o Woolf, la sacó del exceso de introspección, su novela es una reivindicación de un tipo de literatura que había muerto; de todos los atrevimientos de esta escritora, me parece el mejor”, porque “con ella la literatura volvió a la calle, pero de un modo amable, hay escritores de su generación que son más punzantes y es más fácil que vendiera por ser más amable, ella no acusa”.
Quizá ayudara a las ventas el circo mediático que se montó alrededor de su primera novela (“los derechos de edición fueron subastados con gran revuelo cuando todavía no estaba escrita”) y los premios literarios, “con el peso que tienen en Inglaterra”, seguramente también. Pero después de aquel bombazo, ¿qué? “Hay carreras literarias ideales, como Faulkner o Bellow, cuyos primeros escritos apenas leyó nadie. En cambio, Zadie Smith empezó en la luna” y “la presión, la ha bloqueado, ella misma lo ha reconocido”. “Está bien que haga confesiones sobre su labor de escritora”, “aunque no sean de gran profundidad”. “Ya puede escribir artículos, ya, con tres libros en diez años, algo tiene que escribir”. ¿Usar seudónimo? “No lo creo, mucho ego aquí, demasiado para usar seudónimo”. ¿Mucho ego? No parece que Zadie Smith nos esté haciendo caso (“Menos saraos y más escribir”) y se haya centrado en “encontrar su voz”: su último proyecto, una recopilación de relatos de revelaciones literarias como ella, El libro de los otros. ¿Y el tuyo, cuándo?

Todavía más sobre Zadie Smith
  • "Nombres propios", por Pablo Martínez Zarracina, en El norte de Castilla. Crítica de la recopilación de relatos coordinada por Zadie Smith, que Salamandra acaba de publicar aquí.

martes, 2 de febrero de 2010

9 de febrero: London calling


Whitbread, Guardian, Commonwealth Writers… Recibió incontables premios al mejor escritor novel y quedó finalista de muchos otros. Pero es que Zadie Smith ya era una sensación antes de publicar su primera novela. Si lo que dice la Wikipedia es verdad, “Dientes blancos se dio a conocer en el mercado literario en 1997, mucho antes de que estuviera acabada, los retazos literarios que llegaban a los editores despertaron un inusitado interés para una primera novela aún no terminada”. Una vez publicada, crítica y público fueron unánimes, la encumbraron. Times Literary Supplement: “Su falta de narcisismo, unida a su habilidad para fundir en una sola pieza la historia y los sentimientos, el intelecto y la intimidad, señalan a Zadie Smith como una escritora de enorme proyección.” Le Monde: “La sorpresa no es tanto su talento de escritora, ni su dominio en la progresión del relato, como su increíble capacidad para captar la naturaleza humana.” Y, por último, una crítica que consideramos especialmente significativa, pues la realiza uno de los secundarios de la novela, Salman Rushdie: “Un debut que asombra por su consistencia, divertido y serio a la vez; la voz tiene auténtico timbre literario. Dientes blancos me encantó y me impresionó.”

La quema de ejemplares de Los versos satánicos en los suburbios de Londres sin duda marcó la niñez de quien iba a convertirse en autora de la novela que comentaremos en la próxima sesión de Novelantes. Zadie Smith utiliza aquel episodio para reflejar la radicalización de uno de sus jóvenes protagonistas, pero el adolescente Millat no contaba con encontrarse, al llegar a casa, una ira aún más terrible que la suya, la de su madre, Alsana:

Cuando Millat llegó a casa aquella noche, en el jardín de atrás ardía una gran hoguera. Todos sus tesoros, acumulados durante cuatro años —álbumes, pósters, camisetas de edición especial, programas de cine coleccionados durante más de dos años, bonitas zapatillas Air Max, ejemplares 20-75 de 2000 AD Magazine, foto firmada de Chuck D., una copia buscadísima de Hey Young World de Slick Rick, El guardián entre el centeno, su guitarra, El Padrino I y II, Malas calles, La ley de la calle, Tarde de perros y Shaft en África—, todo había ardido en la pira funeraria, que ahora era un montón de cenizas humeantes del que emanaban gases de plástico que irritaban los ojos, ya llenos de lágrimas.
—Todo el mundo necesita una lección —había dicho Alsana horas antes, al encender el fósforo, con un nudo en la garganta—. Y si él anda por ahí quemando las cosas de los demás, también tiene que perder algo sagrado. Todo el mundo recibe su merecido, antes o después.
Zadie Smith, Dientes blancos

Más sobre Zadie Smith:
  • "Estoy aprendiendo qué tipo de escritora soy", de Zadie Smith, en El País. La escritora cuenta las sensaciones que le produjo acabar su última novela hasta el momento, Sobre la belleza. El A fondo da acceso a algunos documentos más, pocos, publicados en el diario, entre ellos, una larga entrevista.

  • Página web sobre la serie White Teeth. En 2002, Channel 4 convirtió la novela en una serie de televisión. En la página web de la cadena están colgados los capítulos aunque parece haber algún problema de reproducción (en inglés).

  • Página web de Zadie Smith. Sitio sobre la autora en la red Literati, parece dar acceso a un e-mail personal de Zadie Smith (en inglés).