lunes, 20 de abril de 2009

Sobre el 14 de abril: Amélie Nothomb


“Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia”. El título de la novela que comentamos queda explicado en esta cita, inicio de Las Catilinarias de Cicerón. Perfectamente podría haberla declamado una novelante asqueada por Nothomb: “No me gusta cómo escribe. Me desagradó desde el segundo párrafo. No caigo en sus provocaciones. Además, desde el principio ves lo que va a pasar, aunque el final me gustó más de lo que pensaba.”
Hasta cuándo abusarás, Nothomb, de nuestra paciencia. A la carga contra la escritora se sumó otro novelante que, sin embargo, había expresado al principio un convencido “me ha gustado”. En realidad, ambos estaban destinados a encontrarse, habían coincidido en su valoración del final: “Cuando leí la contra, temí que no pudiera mantener la tensión con ese argumento, pero está bien llevado, el final te lo esperas y a la vez no te lo esperas.”
Al convertirse en un combate, la reunión sirvió para demostrar que estamos ante una escritora que desconcierta y divide. “Tiene gracia para escribir, se adscribe a la escuela francesa de siempre, su prosa es clara, rápida y esperpéntica. Tiene una visión muy irónica de la vida y una gran capacidad para llevar las cosas al límite. En sus novelas se observa diversidad de argumentos, pero siempre son de conflicto.” Y tanto, logra que consideres un asesinato “una acción de misericordia, higiénica”, y para la novelante asqueada, hasta se quedó corta: “Yo me hubiera cargado a más gente, al protagonista, por ejemplo, ¡qué pesado!”
Es la típica novela en la que “no puedes fiarte del narrador”. “Es cierto, no profundiza pero creo que tampoco lo intenta y no hay ningún personaje al que agarrarse, pero es que tampoco se lo plantea”. “Es demasiado brillante, parece que odie corregir.”
“A mí no me parece tan brillante. Es muy inteligente, pero también vaga. Veo destellos, como en la visita de Claire, cuando el protagonista se da cuenta de que es viejo”. “Pues para mí falla en esos momentos serios, los encuentro menos brillantes. Prefiero otros, como cuando reflexiona sobre el tiempo o el autoconocimiento”. “A mí es eso lo que me parece fácil”. “Pero a mí me gusta que juegue conmigo, a provocarme revirtiendo tópicos: vejez es sabiduría, el tiempo pasa volando…”
Nothomb, número uno de ventas en Francia, por encima de vacas sagradas de ochenta y noventa años: “Su éxito refleja el momento social. Tiene éxito pero no está al nivel de esas vacas sagradas. Escribe porque se divierte. Busca la comercialidad.” Alguien recordó que Stephen King decía de Joyce que con semejante capacidad, ser tan poco productivo… menuda lástima. Con Nothomb sucede precisamente lo que tanto desea King para las vacas sagradas: “Ha encontrado una fórmula, hoy en día cuando te haces millonario…”

lunes, 13 de abril de 2009

14 de abril: Entre vecinos


Nos perdimos la visita de Amélie Nothomb el pasado marzo a Barcelona para presentar su última novela: Ni de Eva ni de Adán. Faltó capacidad en el auditorio del Instituto Francés para albergar a los centenares de lectores que asistieron para ver a la diva. Parece que valió la pena: atuendo gótico, respuestas mordaces y un novio tahúr que entretuvo a los presentes con trucos de cartas… Navegar por Internet para rescatar crónicas sobre la visita es un ejercicio revelador. Qué desconcierto despierta Amélie Nothomb.
Nacida en Japón, hija de diplomático y proveniente de una familia belga de rancio abolengo, volvió años después al país donde había vivido su infancia y, tras un año de trabajo en una empresa nipona, acabó tan traumatizada que decidió cambiar de vida y dedicarse a la literatura. De aquella experiencia resultó material suficiente para la novela que la hizo popular, Estupor y temblores, y una disciplina que la lleva a levantarse para escribir, cada día, a las cuatro de la mañana (o a las cinco, las informaciones varían). Cada año, una novela y, según dice, tiene ya escritas decenas sin publicar. La madrugada de la rueda de prensa que dio en Barcelona, en plena digestión de la calçotada con la que la agasajaron la noche de su llegada, inició su novela número 66.
Aunque en esta ocasión destacamos el apartado de enlaces de esta convocatoria (el desconcierto que despierta Nothomb puede ser divertido), dejamos, para no perder la costumbre, un fragmento de la novela que hemos leído, el principio, tan prometedor:
No sabemos nada de nosotros mismos. Creemos que nos habituamos a ser nosotros mismos, pero ocurre lo contrario. Cuantos más años transcurren, menos sabemos quién es esa persona en cuyo nombre hablamos y actuamos.
Pero eso no constituye ningún problema. ¿Qué inconveniente hay en el hecho de vivir la existencia de un desconocido? Quizá sea mejor así. Entérate de quién eres y te cogeras ojeriza.
Amélie Nothomb, Las catilinarias
Más sobre Nothomb en:
  • Amélie Nothomb, A fondo, en El País. Se echa en falta material más actual, pero vale la pena ir descubriendo el entusiasmo creciente de Rafael Conte ante las rarezas de la escritora (y de propina, comprobar cómo Sergi Pàmies pasó de fan a traductor).
  • “Hay una inadecuación total entre sexo y lenguaje”, en Soitu. Aunque sólo sea en pieza de agencia (que, en vista de las flojas crónicas publicadas en prensa, no está nada mal), la reciente visita de Nothomb a Barcelona sale en Soitu: la prueba de que la escritora está de moda.
  • Entrevista de la semana, por Esther Fernández, en Good2b. Y aquí está la prueba definitiva de que Amélie Nothomb mola. No os dejéis engañar por la apariencia de la publicación, con una entrevista breve pero jugosa, va más allá que la mayoría de medios en la cobertura. No perderse al menos la última respuesta.
  • Amélie Nothomb en Barcelona, en Moleskine Literario. Más información sobre la visita, sólo como muestra del desconcierto en ambientes literarios ante esta escritora superventas.