viernes, 25 de noviembre de 2016

Sobre el 8 de noviembre: Japón en el tablero

En las dos últimas lecturas del año encontramos a dos japoneses, Kawabata en el comentario de noviembre e Ishiguro en diciembre. El maestro de go de Kawabata gustó, aunque los tertulianos esperaban otra cosa. No se puede considerar ficción pura, donde el autor puede reformular a su gusto el universo de los personajes, pero tampoco es periodismo stricto sensu. ¿Qué es entonces? Vamos con el análisis de la obra.

Reflexiones sobre el honor
“Yo había leído La casa de las bellas durmientes y me ha parecido que el autor se recrea en temas parecidos, sobre todo en la vejez y la decadencia”
“Hay un tercer tema que es predominante. En todo el libro hay una especie de sobreentendido sobre lo que es el honor. Los actos y actitudes del maestro o de Otake, su oponente, son un ejemplo práctico de cómo entienden los japoneses el honor”
“A mí ese trasfondo se me escapa un poco”
“Yo te recomendaría que leyeras El crisantemo y la espada, de Ruth Benedict, que es una antropóloga que analizó la cultura japonesa. Recuerdo que ya hablamos de ella a propósito del libro de Mishima que comentamos también aquí”
“En la obra se refleja un cambio inevitable, que está representado por la decadencia del maestro”
“Realmente en el libro se explica como el maestro se adapta mal a los cambios, cómo está acostumbrado a ciertos privilegios…”
“Y Otake, más joven, se adapta mejor”
“El personaje principal es, de lejos, el maestro. Otake está apenas esbozado”

Prosa minimalista
“Las descripciones de elementos como plantas, árboles y flores son pequeños oasis en medio de un texto un poco árido porque todo transcurre entre cuatro paredes. Son, literalmente, ventanas”
“Es una prosa muy contenida, muy reflexiva”
“Pero con descripciones preciosistas”
“Estoy de acuerdo. Por otro lado, es evidente que el autor se aleja voluntariamente del lirismo”
“Su prosa es de una gran delicadeza y de mucha calidad”
“En La casa de las bellas durmientes, el equivalente de esas descripciones de detalles de naturaleza son las descripciones de detalles de la anatomía de las mujeres dormidas. Estas descripciones son un alivio frente a los ambientes opresivos de estos relatos tan amargos”
“Bueno, hay algunos momentos divertidos, como cuando habla del caso de un americano que juega al go sin esforzarse y a quien no le importa perder, y de lo mucho que le sorprende esa actitud”
“A mí me cuesta entender estas novelas, me quedo fuera. Vargas Llosa decía en el prólogo de la edición que leí de Las bellas durmientes que se nos escapan muchas cosas cuando leemos novelas japonesas. Ponía como ejemplo una, no recuerdo cuál, que acaba con una mujer cocinando un pescado. Después de tanto sufrir, ¿acaba así la historia? Ese final lo dejó desconcertado hasta que se enteró de que el pez que cocinaba es venenoso. Esa mujer se estaba suicidando”

El Go: juego y alegoría
“Hablando de supuestos implícitos. Yo creo que el autor hace una analogía entre el go y un combate bélico”
“Esto último tendría bastante sentido. El torneo de go que describe se desarrollaba simultáneamente a la guerra de Japón con China que desembocaría en la Segunda Guerra Mundial”
“Hay un capítulo muy hermoso en el cual Kawabata tiene que mediar entre el maestro y Otake para que la partida continúe. Allí se ve como ambos contendientes rivalizan en dignidad. Al menos así me pareció que lo reflejaba el autor. El mensaje implícito es que debemos preservar la dignidad como un tesoro”
“El reconocimiento de los méritos del contrincante es también una parte muy importante de la dignidad: un ejemplo se encuentra en los capítulos finales del libro, cuando el maestro reconoce la maestría de Otake en su jugada clave”
“Yo creo que el maestro podría ser una personificación de los valores del Japón tradicional”
“Entonces pudiera ser que Otake representara al Nuevo Japón, el gobierno fascista que metió al país en la guerra. No olvidemos que otro jugador dice de Otake que su juego tiene energía oscura”
“Y sin embargo la guerra ni siquiera se cita en el libro”
“Para mí es una alegoría clara”