martes, 16 de febrero de 2010

Sobre el 9 de febrero: Zadie Smith


Dientes blancos, de Zadie Smith, en la balanza: “No profundiza”, “No me lo creo”, “Los personajes están poco elaborados”, “No me resulta creíble”. Cuánto rigor se gastan los novelantes al juzgar a una escritora multipremiada, la gran esperanza de la literatura anglosajona, ¿no? Más pesas en este platillo: “Escribe fuegos artificiales y eso despista de los aspectos esenciales, hay mucho humo”, “Está bien que mezcle comedia y drama, pero el comienzo no me gusta, no me parece que refleje la mentalidad de un suicida, yo creo que se mete en un berenjenal”.
¿Y en el otro platillo?: “Escribe extremadamente bien, tiene una facilidad increíble”, “Es ingeniosa, es ocurrente”, “Hace piruetas argumentales muy bien”. En un foro tan severo, cuántas veces se han escuchado halagos como ésos. No hace falta revisar las entradas: muy pocas, quizá ninguna. Y pocas veces un escritor ha dividido tanto a los novelantes. No es la primera vez que se anima la discusión, no faltaba más, esto es un club de lectura. Pero esta vez el debate no surgió entre novelantes, sino en cada uno de ellos: todos de acuerdo en todo, incluso en no saber qué pensar, balanceando, cada uno de ellos alternando reproche y halago.
“No basta con escribir bien, hay que tener cosas que contar”, “Tener algo que decir es lo realmente difícil”. ¿La juventud de la autora como disculpa? “Como se nota que no ha tenido dificultades en la vida, que no sufrido dramas, no sabe reflejar la amargura porque no la ha sufrido”. Sin embargo, “cuando escribió Los Buddenbrook, Thomas Mann también tenía 25 años, y es la memoria de un adolescente cargado de vivencias”
A pesar de errores apuntados, “en un tanque, los soldados no se pueden estar mirando unos a otros, no hay sitio”, fue reconocida su habilidad para sortear los agujeros de la experiencia, “ambientando los capítulos dedicados a la guerra fuera de la conflagración armada”. Y su osadía: “El final está bien trabajado, arriesga mucho y constantemente parece a punto de caer en el abismo, pero no cae”. Y los hallazgos de la novela: “El retrato de los Chalfen es uno de los hallazgos del libro y el otro es recuperar a Dickens”. “Pues no lo cita como influencia, ella se reconoce deudora de Forster, pero es verdad que no encontré semejanzas de estilo con él”. “Porque su influencia es otra, seguro que se ha leído a Dickens enterito”.
Y así, Zadie Smith “sacó a la literatura inglesa de la muerte en que había caído con escritores como Forster o Woolf, la sacó del exceso de introspección, su novela es una reivindicación de un tipo de literatura que había muerto; de todos los atrevimientos de esta escritora, me parece el mejor”, porque “con ella la literatura volvió a la calle, pero de un modo amable, hay escritores de su generación que son más punzantes y es más fácil que vendiera por ser más amable, ella no acusa”.
Quizá ayudara a las ventas el circo mediático que se montó alrededor de su primera novela (“los derechos de edición fueron subastados con gran revuelo cuando todavía no estaba escrita”) y los premios literarios, “con el peso que tienen en Inglaterra”, seguramente también. Pero después de aquel bombazo, ¿qué? “Hay carreras literarias ideales, como Faulkner o Bellow, cuyos primeros escritos apenas leyó nadie. En cambio, Zadie Smith empezó en la luna” y “la presión, la ha bloqueado, ella misma lo ha reconocido”. “Está bien que haga confesiones sobre su labor de escritora”, “aunque no sean de gran profundidad”. “Ya puede escribir artículos, ya, con tres libros en diez años, algo tiene que escribir”. ¿Usar seudónimo? “No lo creo, mucho ego aquí, demasiado para usar seudónimo”. ¿Mucho ego? No parece que Zadie Smith nos esté haciendo caso (“Menos saraos y más escribir”) y se haya centrado en “encontrar su voz”: su último proyecto, una recopilación de relatos de revelaciones literarias como ella, El libro de los otros. ¿Y el tuyo, cuándo?

Todavía más sobre Zadie Smith
  • "Nombres propios", por Pablo Martínez Zarracina, en El norte de Castilla. Crítica de la recopilación de relatos coordinada por Zadie Smith, que Salamandra acaba de publicar aquí.

martes, 2 de febrero de 2010

9 de febrero: London calling


Whitbread, Guardian, Commonwealth Writers… Recibió incontables premios al mejor escritor novel y quedó finalista de muchos otros. Pero es que Zadie Smith ya era una sensación antes de publicar su primera novela. Si lo que dice la Wikipedia es verdad, “Dientes blancos se dio a conocer en el mercado literario en 1997, mucho antes de que estuviera acabada, los retazos literarios que llegaban a los editores despertaron un inusitado interés para una primera novela aún no terminada”. Una vez publicada, crítica y público fueron unánimes, la encumbraron. Times Literary Supplement: “Su falta de narcisismo, unida a su habilidad para fundir en una sola pieza la historia y los sentimientos, el intelecto y la intimidad, señalan a Zadie Smith como una escritora de enorme proyección.” Le Monde: “La sorpresa no es tanto su talento de escritora, ni su dominio en la progresión del relato, como su increíble capacidad para captar la naturaleza humana.” Y, por último, una crítica que consideramos especialmente significativa, pues la realiza uno de los secundarios de la novela, Salman Rushdie: “Un debut que asombra por su consistencia, divertido y serio a la vez; la voz tiene auténtico timbre literario. Dientes blancos me encantó y me impresionó.”

La quema de ejemplares de Los versos satánicos en los suburbios de Londres sin duda marcó la niñez de quien iba a convertirse en autora de la novela que comentaremos en la próxima sesión de Novelantes. Zadie Smith utiliza aquel episodio para reflejar la radicalización de uno de sus jóvenes protagonistas, pero el adolescente Millat no contaba con encontrarse, al llegar a casa, una ira aún más terrible que la suya, la de su madre, Alsana:

Cuando Millat llegó a casa aquella noche, en el jardín de atrás ardía una gran hoguera. Todos sus tesoros, acumulados durante cuatro años —álbumes, pósters, camisetas de edición especial, programas de cine coleccionados durante más de dos años, bonitas zapatillas Air Max, ejemplares 20-75 de 2000 AD Magazine, foto firmada de Chuck D., una copia buscadísima de Hey Young World de Slick Rick, El guardián entre el centeno, su guitarra, El Padrino I y II, Malas calles, La ley de la calle, Tarde de perros y Shaft en África—, todo había ardido en la pira funeraria, que ahora era un montón de cenizas humeantes del que emanaban gases de plástico que irritaban los ojos, ya llenos de lágrimas.
—Todo el mundo necesita una lección —había dicho Alsana horas antes, al encender el fósforo, con un nudo en la garganta—. Y si él anda por ahí quemando las cosas de los demás, también tiene que perder algo sagrado. Todo el mundo recibe su merecido, antes o después.
Zadie Smith, Dientes blancos

Más sobre Zadie Smith:
  • "Estoy aprendiendo qué tipo de escritora soy", de Zadie Smith, en El País. La escritora cuenta las sensaciones que le produjo acabar su última novela hasta el momento, Sobre la belleza. El A fondo da acceso a algunos documentos más, pocos, publicados en el diario, entre ellos, una larga entrevista.

  • Página web sobre la serie White Teeth. En 2002, Channel 4 convirtió la novela en una serie de televisión. En la página web de la cadena están colgados los capítulos aunque parece haber algún problema de reproducción (en inglés).

  • Página web de Zadie Smith. Sitio sobre la autora en la red Literati, parece dar acceso a un e-mail personal de Zadie Smith (en inglés).