miércoles, 27 de junio de 2018

El siglo de las luces, Alejo Carpentier: Revolución en el Caribe

Para la tertulia del mes de junio leímos El siglo de las luces, de Alejo Carpentier, un escritor cubano que vivió la revolución castrista, que acabó en Francia como cónsul de su país y que fue uno de los primeros en postular la necesidad de crear un nuevo estilo literario genuinamente latinoamericano. Ese nuevo estilo, según sus palabras, tenía que reflejar “lo real maravilloso”; hoy en día, gracias a García Márquez, se denomina comúnmente “realismo mágico”. No obstante, como advirtió uno de los novelantes en la sesión, “hay grandes diferencias entre la manera de escribir de Carpentier y la de García Márquez”. Pero vamos a centrarnos en Carpentier.

El lirismo de Carpentier
“El libro tiene algunas partes que son muy líricas, pero a veces este lirismo se separa de la trama principal y desemboca en una digresión”
“Tiene muchas descripciones de la naturaleza, una naturaleza que es casi arquitectónica, hay que tener en cuenta que Carpentier había estudiado la carrera de arquitecto, aunque no sé si alguna vez ejerció como tal”
“El libro entero es una mezcla de realismo socialista y lirismo latinoamericano”
“A mí me parece que en las descripciones liricas se nota que el que habla es el autor y no el personaje. Y son descripciones muy bellas pero la verdad es que yo, leyéndolas, no me creía que fueran del personaje, era la voz del autor”
“¿Y por qué dices eso?”
“Bueno, porque el personaje, Esteban, es un adolescente demasiado inmaduro para hacer esas descripciones tal como las hace. Además, lo describe como un tipo mediocre, o bueno, lo describen sus acciones, la vida que lleva, cuesta creer que haga esas descripciones, que sea su mirada, su voz”
“A mí me parece que Carpentier es mejor prosista y poeta que narrador”

Crítica social y revolución
“A mí me resultaron curiosas esas anotaciones que el autor hace antes de algunos episodios poniendo el título de algunos cuadros de Goya como presentación de los capítulos”
“Bueno, yo creo que está como sugerido que antes de leerte el capítulo habrías de mirar, y estudiar, el cuadro de Goya correspondiente. Nadie lo hace, claro. Pero creo que, idealmente, eso es lo que el lector debería hacer según la sugerencia del autor”
“Fijaos que los cuadros que sugiere son siempre de crítica social”
“A mí me dijeron en un taller literario que las primeras páginas, las únicas escritas en primera persona que hay en el libro, las que desembocan en la descripción de la guillotina, el autor las escribía intentando describir un cuadro que tenía delante”
“¿Y cuál era ese cuadro?”
“Pues la verdad es que hace tantos años que me lo dijeron que no lo recuerdo”
“Da mucho juego a algunos cuadros, el que va saliendo a lo largo de todo el libro lo busqué porque tenía ganas de verlo, es este: Explosión en una catedral, de Monsu Desideriou”
“Ah, pues no me lo había imaginado así”
“Yo tampoco”
“El autor escribe tirando pullas varias, las más sonadas que he encontrado son las que les dedica a los Estados Unidos o a fray Bartolomé de las Casas”
“Es curiosamente coherente que los personajes de Esteban y Sofia mueran en la revuelta del dos de mayo”
“A mí, Esteban, como personaje, me aburre mucho”
“Sofía, en cambio, es mejor personaje, pero más que porque esté bien construido, porque es más sugerente, hay en su trayectoria giros que la hacen interesante. Esteban, en cambio, es previsible, esa adoración súbita que siente hacia su prima queda tan poco justificada, es tan increíble, no es un personaje que te creas, es un recurso para contar una historia y como personaje no la sostiene, es lo que tiene poner la trama al servicio de una idea, fuerzas el argumento”
“Sí, yo creo que lo interesante del libro es que Carpentier, que ha vivido la revolución cubana, reflexione sobre otras revoluciones y sobre como éstas se ven malogradas desde dentro. Es curioso que lleve a personajes que admiraron la revolución francesa a morir en la revuelta contra quienes pretendían introducir en España el sistema que había derivado de ella. Finalmente, participan en una revuelta popular, pero que trajo consigo la vuelta del absolutismo”
“Para el autor el gran ejemplo de lo que fue la revolución en el Caribe se encuentra en el caso de cómo se abolió la esclavitud y de cómo finalmente fue reinstaurada de nuevo”
“Eso es algo terrible, cuesta creer que sucediera”

¿Se trivializan los abusos sobre los negros?
“Es evidente que el tema de los negros es uno de los ejes principales de la obra, pero es que yo creo que el autor a veces trivializa los abusos hacia ellos, sobre todo cuando habla de los abusos de tipo sexual”
“Bueno, es cierto que a veces hechas en falta que el autor tome partido en el tema, más aún si tienes en cuenta que adopta la postura del narrador omnisciente, pero yo creo que la crítica está implícita en la elección de las barbaridades que describe. Como cuando describe que las señoras pudientes prostituyen a sus esclavas negras para así conseguir dinero”
“Es cierto que Carpentier adopta la postura de un narrador omnisciente, pero lo hace a la manera de los narradores del siglo XX, que a pesar de no ahorrarnos detalle no se permiten opinar sobre lo que describen”

No sobra ni falta nada y sin embargo…
“Es un escrito muy completo, pero demasiado estático. No te arrastra a la lectura, es frío”
“No sobra nada ni falta nada ni hay ninguna parte que sobresalga. Y es curioso porque en toda obra siempre hay partes que son mejores que otras”
“Encuentro el libro demasiado largo. Creo que se podrían acortar ¿Qué diré yo? Unas cuarenta páginas de las 360 que tiene, la parte central, que protagoniza Esteban, el personaje aburridísimo, es excesivamente larga”
“Para mí es una novela demasiado ambiciosa. Intenta hacer una síntesis de lo que fue la revolución francesa en el Caribe, y en Francia en parte, y la verdad es que no sé si lo consigue”
“Yo creo que Carpentier escribe casi como un historiador”
“Disiento. Yo creo que lo que más quiere el autor es dejar impresa su opinión sobre los hechos. Si fuera un historiador buscaría la objetividad”
“Yo he oído que el personaje de Víctor Hugues no existió realmente. Que es un puzzle de diferentes personalidades históricas”
“Sí que existió, miramos en la Wikipedia”
“Pues peor me lo pones porque el personaje más sugerente del libro no fue un producto de la imaginación de Carpentier”
“Bueno, Hugues no fue totalmente inventado, de acuerdo, pero el Hugues del libro tampoco es el Hugues “solamente” histórico. Es una reconstrucción de Carpentier. Es “su” Víctor Hugues”