jueves, 5 de abril de 2012

10 de abril: miedo


Nueva York, 3 de octubre de 1951. América se prepara para construir uno de sus mitos: the shot heard 'round the world. El jugador de los New York Giants Bobby Thomson logra la home run (cuadrangular, según los entendidos, jonrón, para la Real Academia) que otorga la victoria a su equipo en un partido que daban por perdido frente a los Dodgers. Gracias a un aficionado que grabó la retransmisión, hoy en día podemos escuchar al locutor Russ Hodges desgañitarse, “Los Giants ganan el título”, radiando el que se convertiría en “el golpe que se oyó en todo el mundo”. Según cuenta la leyenda, aquella carrera recibió ese poético apelativo, inspirado en Emerson, porque el partido fue escuchado masivamente en la Radio de las Fuerzas Armadas por los soldados norteamericanos destinados en Corea.



El alarido de Hodges, “Los Giants ganan el título”, aparece una y otra vez repetido en el prólogo de Submundo, que relata el partido. Décadas después de la mítica carrera, Don DeLillo realiza, en la novela que lo consagró, un viaje desde su presente hasta aquel pasado no tan remoto, siguiendo la pista de la pelota perdida en las gradas. El destino de aquella pelota se desconoce hoy en día, pero en el universo Delillo su viaje de mano en mano es la excusa argumental que le permite pintar un fresco sobre la historia reciente de los Estados Unidos, un país tan capaz de construir mitos como paranoias. El 3 de octubre de 1951 la Unión Soviética llevaba a cabo su primera prueba nuclear, acontecimiento sobre el que es puntualmente informado Hoover, que se encontraba en aquel momento en las gradas del Polo Grounds disfrutando del partido, según relata DeLillo. Con esta reflexión de Russ Hodges decide el autor finalizar el prólogo de la novela:

Russ piensa que se hallan ante una historia diferente. Piensa que se llevarán de aquí algo que los unirá de un modo extraño, que los vinculará a un recuerdo dotado de poder protector. En la avenida Amsterdam la gente trepa a las farolas y en Little Italy hace sonar las bocinas. ¿Acaso no es posible que este instante de mediados de siglo penetre en la piel de un modo más duradero que las vastas estrategias de conformación de líderes eminentes, de acerados generales con gafas de sol: las visiones cartografiadas que taladran nuestros sueños? Russ quiere pensar que algo como aquello nos mantiene a salvo de un modo indeterminado. Esto es lo que pulsará en su mente cuando sea viejo y vea doble y se maree: la sensación de euforia, el brinco de espectadores que ya estaban en pie, ese relámpago de sonido y de gozo cuando entró la pelota. Esta es la historia del pueblo y posee una carne y un aliento que se aceleran bajo la fuerza de ese viejo y amable juego nuestro. Y los hinchas que hoy acudieran a los Polo Grounds podrán contar a sus nietos –serán ancianos flatulentos apoyados en el siglo que viene e intentando convencer a quienes quieran escucharles, insistiendo con su aliento oloroso a medicina– que estaban aquí cuando sucedió.
El borracho de la gabardina está corriendo de base en base. Le ven rodear la primera, palmeando el aire con las manos para no desviarse al campo derecho. Se aproxima a la segunda hecho un remolino de faldones y extremidades y cordones sin atar y cinturón colgante. Advierte que va a resbalar y se detienen para ver cómo despega.
Todos los fragmentos de la tarde se arremolinan en torno a su forma en vuelo. Gritos, chasquidos de bates, vejigas llenas y bostezos aislados, la abundancia, como granos de arena, de cosas que no se pueden enumerar.
Todo va depositándose indeleblemente en el pasado.
Don DeLillo, Submundo
Más sobre DeLillo en:
  • "Submundo de Don DeLillo", crítica de la novela por Gonzalo WW, en Hislibris. “Submundo sacó a Don DeLillo de la relativa oscuridad en la que escribía para colocarle entre los narradores más prometedores de Norteamérica. ¿Qué tiene este libro para atraer tal interés?” Esta extensa crítica aporta unas cuantas respuestas a la pregunta.
  • "¿Dónde vas, Don DeLillo?", por Álvaro Cortina, en El Mundo. Posteriores novelas del autor no han logrado la resonancia y éxito crítico de Submundo.
  • "Fascinación surgió del miedo que masticamos", por Julio Valdeón Blanco, en El Cultural. El propio autor se defiende: “Yo no podía escribir Submundo II y luego Submundo III. Necesitaba explorar nuevos caminos”. Alérgico a las entrevistas, al parecer su consigna es una por libro y país, recientemente concedió esta por la publicación en España de una de sus primeras novelas, Fascinación (Running dog).

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