martes, 5 de enero de 2010

12 de enero: Entre oriente y occidente



La visita de Salman Rushdie a Barcelona, dentro del ciclo El valor de la paraula, nos ha animado a proponer su más reciente novela como novedad-puente hasta el próximo cartel. Dedicaremos a La encantadora de Florencia la reunión de enero de Novelantes en la que se programará el calendario de lecturas de este año (con los nombres que se han barajado, Highsmith, McEwan, Zadie Smith, Kureishi, Canetti, Cormac McCarthy, y descubrimientos pendientes como Jeff Noon, creemos que será un cartel provechoso, aunque, a pesar de que el título de la entrada pueda llevar a pensar otra cosa, de oriente nada, es del todo occidental, anglosajón que te matas, vamos, habrá que poner algún remedio).
La novelante más fanática de Rushdie recoge en su blog un resumen, y algunas entradas en forma de one apple a day, sobre la jugosa jornada vivida con el escritor: “Rushdie comentó que siempre había querido escribir sobre Maquiavelo y que le llamaba la atención que todas las referencias a esta figura fueran tan negativas. Con su habitual sentido del humor, añadió que eso le hizo sentirse más cercano a esta figura y pensar que si escribía algo positivo sobre él, quizá dentro de 400 años alguien le haría a él el mismo favor. Pero al comenzar con la novela vio que no estaba preparado para escribirla, que necesitaba documentarse, y por ello se dedicó a leer sobre el Renacimiento italiano, el reinado del emperador Akbar, etc., mientras escribía novelas más contemporáneas (‘novelas que parecían salidas de los periódicos’). Todo un contraste. Con sus lecturas llegó a la conclusión de que cualquier cosa que pudiera inventar sobre esa época sería ‘suave’ en comparación con la realidad, tan extraña. Cuando descubrió que la historia le permitía incluir al conde Drácula en su novela, se sintió totalmente en la gloria. Sobre su capacidad para contar historias, Rushdie comentó que ‘todos contamos historias’, alegando que los humanos somos los únicos animales que nos contamos historias para entendernos los unos a los otros y destacando la gran importancia de contar tu propia historia a la persona adecuada y que esa persona la entienda (una necesidad que describió como universal). Por eso, el personaje del viajero de su última novela, The Enchantress of Florence, arriesga su vida para contar su historia a la persona que debe escucharla, el emperador Akbar. Curiosamente, Rushdie desveló que este personaje, verdadero hilo conductor de la novela, fue una incorporación posterior, no estaba contemplado inicialmente. También habló de cómo ‘proyectó retrospectivamente’ la leyenda de la esposa hindú de Akbar, Jodhabai, que en realidad nunca existió, haciendo que tampoco fuese real en esa época, convirtiéndola en una esposa imaginaria (Rushdie hizo al respecto las bromitas esperables de alguien que se ha casado varias veces).”

Cerca del final de su largo reinado, muchos años después de los tiempos del charlatán Mogor dell'Amore, el anciano emperador recordó con nostalgia aquel raro asunto de la carta de la reina de Inglaterra y pidió que se la enseñaran otra vez. Cuando se la llevaron y se la tradujo un intérprete distinto, gran parte del texto original había desaparecido. El documento conservado, como se descubrió, no incluía alusión alguna a su infalibilidad ni a la del papa, ni solicitaba una alianza contra enemigos comunes. De hecho, no era más que una simple petición de buenas condiciones comerciales para los mercaderes ingleses, acompañada de unas cuantas expresiones de respeto formularias. Cuando el emperador conoció la verdad, comprendió de nuevo lo audaz que era el hechicero con quien se había topado aquella lejana mañana después del sueño del cuervo. Sin embargo, para entonces, saberlo ya no le servía de nada, salvo para recordarle lo que nunca debería haber olvidado: que la brujería no requiere pociones, espíritus familiares ni varitas mágicas. Con un pico de oro, el uso del lenguaje permite encantamientos de sobra.

Salman Rushdie, La encantadora de Florencia

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3 comentarios:

MidnightAllDay dijo...

Veo que, como cada cartel, la Novelante Superiora hace caso omiso de mis (vanos) intentos de incluir a un autor no anglosajón (por más que se le llame el Paul Auster japonés): Haruki Murakami. En fin, supongo que debo darme por contenta con la posible incorporación de Hanif Kureishi. :)

Firmado:
La Novelante más fanática de Rushdie (mira que llamarme fanática con el historial de este hombre y la que está cayendo).

caro dijo...

¡Necesitamos el título! ¿Cuál te gusta más? Por favor, Tokio Blues no que ya la he leído.

MidnightAllDay dijo...

Ya sé que no te gustó "Tokio Blues" (terrible título le endilgaron a "Norwegian Wood"), ya.
Mi preferido es "Crónica del pájaro que da cuerda al mundo" (está en versión bolsillo y en las biblios)y, si os parece largo, quizá mejor "Kafka en la orilla" (en las biblios hay ejemplares en catalán, castellano e inglés), que es por el que empecé yo y me parece una buena opción para saber si se desea seguir leyendo a Murakami o no.