miércoles, 2 de septiembre de 2020

La guerra de las salamandras, Karel Capek: Reptiles rebeldes

La guerra de las salamandras, Karel Capek

¿Nos enfrentamos aquí a una parodia, a un cuento con moraleja, o quizá a algo más? Cuando el hombre descubre un animal que es tan humano que es más que humano, unas salamandras con una inteligencia por lo menos tan grande como la nuestra, ¿qué hace? El libro de este mes, La guerra de las salamandras, de Karel Capek, aparte de ser una entretenida obra de ciencia ficción, es una advertencia sobre las bajezas y miserias de la raza humana.

¿Una obra para jóvenes?
“El libro fue escrito en 1936”
“Se trata, evidentemente, de una crítica del capitalismo”
“Sí, pero también es evidente que se está “ridiculizando” el nazismo, que por aquella época estaba muy en boga”
“Yo recuerdo haber leído el libro hace muchos años, sería en la década de los 80, cuando la editorial Bruguera lo publicó en su colección “Bruguera juvenil”. Me parece que era una obra donde se habían expurgado todas las notas a pie de página”
“Yo no creo que esta obra sea especialmente sencilla ni especialmente pensada para los jóvenes, creo más bien que es para lectores adultos”
“Hay muchas obras que hoy en día son consideradas infantiles o juveniles y que en su día no lo fueron en absoluto, como podría ser, por ejemplo, Los viajes de Gulliver

Salamandras y robots, esclavos del hombre
“Capek es un autor muy notable, si no hubiera sido checo sino anglosajón, hoy en día sería mucho más conocido. Esto pasa con muchos escritores”
“Sin duda, fue un hombre muy inteligente y supo reflejar con imaginación las tensiones de su tiempo”
“Él fue quien inventó el uso de la palabra “robot”, como sinónimo de “hombre artificial fabricado de metal”
“Hoy en día es tradicional llevar a su tumba pequeños muñecos de robots y dejarlos allí”
“Las salamandras de este libro vendrían a ser esclavas de los hombres, como los robots”
“A mí se me hace muy entrañable cómo comienza el libro, cuando se explica cómo descubre a las salamandras el capitán van Torch”
“También es muy divertido cuando describe cómo los dos enamorados descubren a las salamandras, es notable cómo sustituye constantemente el nombre propio de la chica por un adjetivo, construyendo frases del tipo: “Bellísima hizo esto, Bellísima hizo lo otro.”
“Todo el libro es como un collage, una mezcla de imágenes y texto de muy variado estilo y técnica”
“Sobre todo en la segunda parte, se me hizo un poco pesada la acumulación de documentos. La primera y la tercera me parecen más logradas, son menos complejas y muy divertidas, me gusta mucho cómo se abre el libro con van Torch y se cierra con el mayordomo Povondra” 
“Yo creo que es un acierto hacer que el protagonismo de la novela recaiga en personajes como el señor Povondra”
“También lo es que el relato acabe con las reflexiones sobre el destino de Povondra por parte del autor, que se convierte en un personaje más del libro”