miércoles, 7 de septiembre de 2011

13 de septiembre: Tienes un e-mail


A la vuelta del verano, os proponemos una novela romántica que recupera el género epistolar. Contra el viento del norte ha servido a Daniel Glattauer para vender un millón de ejemplares en Alemania y Austria. Por estos lares, ha funcionado a base de boca-oreja: la estrategia de Alfaguara de colgar el primer capítulo es efectiva porque ¡engancha! Y se lee en cuestión de minutos, no en vano, está construida íntegramente a base de correos electrónicos. Pensábamos que era la primera, pero se adelantó el puertorriqueño Luis López Nieves con El corazón de Voltaire, una novela con el mismo peligro: quien la empieza está condenado a terminarla.
Contra el viento del norte se inicia con el correo electrónico que Emmi Rothner escribe a una editorial para darse de baja de una revista. Enfadada por la falta de respuesta, sus e-mails son cada vez más furibundos, hasta que un día recibe respuesta de un tal Leo Leike, cuya dirección sólo se distingue en una letra de la de la editorial. Meses después, Leo recibe una felicitación navideña destinada a los clientes de Emmi y le responde. Así comienza su relación, construida, como la novela, exclusivamente por correos electrónicos:

15 minutos después
Re:
Querido señor Leike:
Ahora sí que me sabe fatal. Por desgracia, tengo un defecto crónico «ei», mejor dicho, «e» delante de «i». Cuando escribo deprisa y viene una «i», se me escurre siempre una «e». Lo que sucede es que las yemas de mis dos dedos corazón se hacen la guerra en el teclado. La izquierda siempre quiere ser más rápida que la derecha, pues soy zurda de nacimiento y en el colegio me invirtieron la polaridad. Hasta hoy, la mano izquierda no me lo ha perdonado. Siempre mete una «e» con la yema del dedo corazón antes de que la derecha pueda poner una «i». Disculpe la molestia, (probablemente) no volverá a ocurrir.
Que tenga una buena tarde,
E. Rothner

Cuatro minutos después
Fw:
Querida señora Rothner:
¿Me permite hacerle una pregunta? Y otra más: ¿cuánto tiempo le ha llevado escribir el mensaje donde explica su defecto «ei»?

Reciba un afectuoso saludo,
Leo Leike
Tres minutos después
Re:
Le devuelvo dos preguntas: ¿cuánto tiempo cree usted que me ha llevado? y ¿por qué lo pregunta?

Ocho minutos después
Fw:

Calculo que no le habrá llevado más de veinte segundos. En tal caso, la felicito: en ese tiempo tan breve le ha salido un mensaje perfecto. Me ha hecho sonreír. Y eso es algo que probablemente ya nada ni nadie consiga esta tarde. Respecto a su segunda pregunta acerca de por qué lo pregunto: en este momento me dedico profesionalmente al lenguaje del correo electrónico. Y volviendo a mi pregunta: no más de veinte segundos. ¿He acertado?
Daniel Glattauer, Contra el viento del norte
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